Muchos entendidos de la moda recalcan la profunda “inspiración” que Tom Ford ha tomado a lo largo de los años de un revolucionario de la moda norteamericana: Halston. Desde el estilo de vida hasta los diseños glamorosos, todo guarda gran similitud con el trabajo de uno de los primeros diseñadores de Estados Unidos en ser reconocido en Europa. Lo que muchos no saben, es que Ford no solo toma elementos de Halston para fabricar su propia línea; el que inventó el vestido sirena con cuello alto de lentejuelas, el mismo que apareció en la bullada colección 2011 de Ford es Norman Norell, quien además de ser oficialmente el primer couturier norteamericano, es el pionero de la moda de alta costura de ese país, que integran solo unos pocos.
La vida de Norell en la moda comenzó cuando decidió estudiar en el Pratt Institute a principios del siglo XX. Luego tomó una oferta del estudio Paramount, donde vistió a la estrella de cine Gloria Swanson y otras figuras del cine mudo. Aunque se dedicó hasta los años ’40 en confeccionar vestuario para teatro y obras de Broadway, poco a poco comenzó su propia marca, y en 1943 recibió una oferta que no podía rechazar: luego de ganar el premio Coty y de convertirse en parte vital del mismo instituto que lo vio nacer como diseñador, formó la dupla Traina-Norell junto al empresario Anthony Traina, lanzando juntos múltiples colecciones de ropa que aparecieron modeladas por Carmen Dell’Orefice, Jean Patchett y Dovima en Vogue, Harper’s Bazaar y otros rincones.
El prestigio de Norell como diseñador de alta costura radica en un estilo simple, pero siempre elegante; no escatimaba en tomar lo mejor de las pedrerías y lentejuelas para bordarlas a un largo vestido de un solo tono, o confeccionar a la medida vestuario para Lauren Bacall, Marilyn Monroe y Lady Bird Johnson. Antes del bullado viaje de los cinco norteamericanos a Versailles en los ’70 (con Halston, Oscar de la Renta, Bill Blass, Anne Klein y Stephen Burrows), Norell fue el primero en ser oficialmente reconocido por los parisinos como couturier en América, el primer norteamericano en tener una etiqueta con su nombre en una marca y además, el que lanzó con éxito el primer perfume de diseñador. El cine retrató su moda con homenajes posteriores a su trabajo como vestuarista, a través de la aparición de sus colecciones en cintas como “A touch of mink”, y casi cerrando el círculo, el propio Halston trabajó primero en Norell diseñando sombreros, antes de su gran salto.