Revisando hacia atrás los looks de los fotografiados de Viste la Calle, salta a la vista una realidad evidente: Los sujetos capturados por el lente de la cámara gozan de un estilo propio. Esto es fundamental celebrarlo. Pero a mi me preocupa lo que no se ve en las imágenes que se publican diariamente. Veo y observo una dependencia de una gran cantidad de mujeres jóvenes hacia ciertas prendas de vestir, y si la indumentaria es una capa más de nuestra personalidad (como postula Laura Novik) o tenemos en cuenta que “el vestido habla” según Nicola Squicciarino, entonces no están transmitiendo mensaje alguno a través del vestuario o están diciendo “soy un electroencefalograma plano” en lo que a moda se refiere.
Miro hacia abajo en la pista de baile (y no me refiero a una discotheque adolescente) y en los bares y lo que identifico son zapatillas, zapatillas, zapatillas, zapatos, zapatillas, zapatillas, zapatos con terraplén de corcho y unos jeans ajustadísimos –horroroso- , zapatillas y más zapatillas… No se podría invocar ausencia de tiendas de zapatos, porque realmente están allí: Vintage en Bandera; nacionales y chinos en Estado; de mejor calidad en Aldo -que por estos días están con importantes rebajas-, Black Bleach y Nine West; sacadores de apuro en Lider, Falabella, Paris y Ripley; cómodos y duraderos en Hush Puppies y Geox…
Esta última marca, si bien aún no dispone de una gran variedad de zapatos, posee una tecnología que permite que el pie respire dentro de éstos y no transpire. Hace poco pasé por allí y había un modelo bajo color negro brillante con un medallón dorado, muy similar a la estética Gucci o Versace.
¿Cómo es posible comunicar individualidad si la chica de al lado usa unos pantalones de mezclilla similares y el mismo top? Los jeans son un verdadero uniforme que exclaman a viva voz y desvergonzadamente: “somos cómodos y fáciles”. ¿Por qué obedecer los catálogos que nos indican que los vaqueros gastados o los jeggings (mezcla de jeans y leggings) son el must de la temporada? Francamente no lo entiendo. Dirán sus defensores que la mini es muy corta, o que el vestido es sólo para flacas, pero ¡falso a todas luces! Existen estampados y texturas que se acomodan a TODO tipo de cuerpos.
Reconozco que hay casos exitosos, pero no debiera abusarse de él.
Si el calzado deportivo y los jeans fueran eliminados del clóset durante una semana, ¿existirán siete alternativas colgadas en el perchero de estas mujeres?
La mochila es un tema no menor en la época universitaria. Yo me pregunto ¿dónde quedó el bolso de la abuela o la femenina tote bag?
Las causas de este fenómeno estrictamente chilensis pueden ser de la más diversa índole: ¿Acaso nos faltan iconos propios que nos inspiren? ¿O tal vez una praia y bossanova que nos relaje un poco? ¿Realmente somos flojos y no nos esforzamos? O peor, ¿No nos importa en absoluto cómo nos vemos y somos percibidos? Quizás hay una intencionalidad de pasar inadvertidos o “piola”. Destacando se arriesga demasiado…
A pesar de todo esto tengo fe. Creo que estamos al borde de una explosión de color. La reciente demanda por objetos de diseño y el consiguiente aumento de tiendas en el boulevard Drugstore y en regiones por ejemplo, son indicios de que hay un apetito de originalidad.
…Quiero asombrarme, ver gente ordinaria de una manera extraordinaria, quiero caminar por las calles de Santiago y darme vuelta para reparar más detenidamente la elección personal de combinaciones de un individuo. Y cuando lo haga, me acercaré a él o ella y con una sonrisa le diré: “Te ves increíble”.