De todo hay en el mundo y los cruces entre la espiritualidad y el materialismo así lo demuestran. Un templo budista tailandés rompió con los viejos roces entre la moda y la religión al conciliar la enseñanza de la alta costura y el diseño de interiores con los cursos de meditación.
Durante los últimos nueve años, el Instituto Internacional de Diseño Chanapatana (Cidi), situado en el templo Dhammamongkol de Bangkok, ha ofrecido diplomas en Diseño de Moda y Diseño de Interiores, impartidos por profesores europeos y homologados por la Academia Italiana Internacional.
Los monjes se han acostumbrado a efectuar sus actividades rutinarias en armonía con los estudiantes que, entre maniquíes, ensayan bocetos y cortan telas en tres aulas habilitadas en el templo. Según cuenta la agencia EFE, para la mayoría de los alumnos la relación entre el templo y el instituto se limita a compartir el mismo espacio. Sin embargo, los profesores tratan de inculcar a los discípulos el respeto y la admiración por la cultura tradicional tailandesa, incluso cuando confeccionan las ropas o crean las viviendas más modernas.
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La idea de crear la escuela surgió cuando el abad del templo, Viriyang Sirintharo, visitó Italia a principios de los noventa en busca de escultores para que moldeasen una imagen de Buda a partir de una roca de jade. La figura, con un peso de 14 toneladas, está inscrita en el Libro Guinness de los Récords. El venerable monje entendía que a Tailandia le convenía formar a buenos diseñadores y artistas para crear sus propios productos, en lugar de copiar lo que viene de Europa y América.
En 2000, Sirintharo inauguró la primera escuela de moda y diseño enclavada en el interior de una pagoda budista. La pregunta es ¿la moda y el budismo lograrán complementarse? ¿Abrirán los monjes y los estudiantes los ojos y los oídos para aprender los unos de otros? ¿Será esto simplemente un acuerdo comercial que no pasará de ser una moda? Las fotos son de algunos trabajos hechos en el instituto.