“A medida que las compañías familiares de lujo cedieron frente a los
grandes conglomerados, la industria sacrificó su integridad, socavando sus
productos y manchando su historia”.
Dana Thomas, integrante del Advisory Board del Centro de Estudios para el Lujo Sustentable
¿No es acaso la esencia del nacimiento de la firma parisina Hermès -con sus productos de caballería y marroquinería hechas a mano para los nobles europeos-, que su fama, detalle y trabajo prolijo ha llegado a nuestros días evolucionando a una marca femenina de alta gama? ¿No es acaso el gran trabajo de Haute Couture por la cantidad exhaustivas en horas de bordado sobre una prenda al más minúsculo detalle de trabajo artesanal? ¿Será la confección uno a uno la verdadera clave del lujo? Pues claro que lo es, pero una que nos llama a ser más conscientes en el tiempo.
Ese lujo que hoy podremos traducir en el trabajo artesanal a menor escala, el comprar algo que está confeccionado solo en tres tallas de una pequeña diseñadora, una costurera o una artesana es hoy el nuevo lujo que enfrenta un consumidor que sabe lo que es el “lujo” y que es consciente de su trabajo, pero de igual manera más asequible.
El lujo esta en tener menos y de mejor calidad; si nos esmeramos un poquito más que solo visitar el mall cuando necesitamos ir de compras, podremos tener un clóset mucho más inteligente, versátil y especial. Esta forma de consumo nos ayuda a contraer el derroche de dinero comprendiendo de lo que se trata esto, la moda Slow, moda justa y más exclusiva.
El trabajo artesanal no solo es una extracción de técnicas familiares, ancestrales o que van de generación en generación y aun guardan en su mayoría relación al “know how” de manera más natural, respetando el entorno, con procesos que reducen el impacto ambiental de maneras importantes para llevar a cabo una prenda o accesorio.
El lujo es saber como se hizo nuestra cartera, de dónde nace la empresa o emprendimiento, ¿Cuál es su proceso? ¿Cómo lo tiñen? ¿Hace cuánto aprendió? Cuando estas preguntas e interrogantes son respondidas, estamos frente al valor del verdadero lujo.
Las marcas de alta categoría y casas de moda venden productos exclusivos que se valen de recursos naturales, animales escasos y de la confección artesanal, lo que apunta a no comprar “tantas” cosas sino poco pero de buena calidad. Ya que por lo general son objetos, accesorios, joyas o prendas que pasan de generación en generación y se cuidan en sus cajas, bajo condiciones optimas de almacenamiento, como por ejemplo una cartera Birkin de Hermès.
En Latinoamérica estamos viviendo un renacer, una inyección de color y energía donde estamos sacando a flote nuestras raíces, respetando nuestra herencia, potenciando la posibilidad de unión y fusión de importantes diseñadores y el trabajo artesanas y ancestral.
Traducir la compra impulsiva en una inteligente nos hace caminar bajo esta filosofía de pensar en cambiar nuestra manera de consumo que ya no sólo esta enfocada en mi propio beneficio por el capricho de tener algo sino que el beneficio de mi entorno.
“A medida que fue pasando el tiempo comprendí el impacto de mi decisión de compra sobre la calidad de vida de muchas personas y el medio ambiente”.
María del Pilar Álvarez, dueña de la marca de lencería El Origen del Mundo. marca sustentable de Columbia.
Las fibras naturales y más nobles junto con el trabajo artesanal son los nuevos hilos conductores del lujo en el mundo. ¿Y tú? ¿Estás preparada para tu próxima compra?
