“Este proyecto consiste en una investigación sobre una red de boutiques y tiendas especializadas de vestuario instaladas en el Sector Oriente de la capital entre los años 1967 a 1987, las cuales iniciaron en Chile un sistema de producción conocido como Prêt-à-porter”, señala la cuenta @moda_al_paso en su primera publicación. Con esta bajada quedamos intrigados, y con el resto de imágenes que componen la cuenta -las que pertenecen a distintas publicaciones vintage nacionales-, nos quedó claro que sus creadores no jugaban. Así que decidimos saber más sobre Moda al Paso, una muy interesante iniciativa local.
-¿En qué consiste Moda al Paso y quiénes integran el proyecto?
Moda al paso: Historia de las boutiques y pequeñas tiendas de vestuario del sector Oriente de Santiago (1967- 1987), partió el 2017 como la tesis de título de la diseñadora Josefina Vidal. Esta investigación fue postulada al Fondart, convocatoria 2018, lo que permitió ampliar los horizontes del proyecto y llevarlo más allá del área académica. Actualmente el equipo está conformado por Josefina Vidal, como investigadora responsable del proyecto, Macarena García como co-investigadora y Pedro Álvarez como editor. Este trabajo es una investigación sobre la red de boutiques y tiendas especializadas de vestuario instaladas entre 1967 y 1987 en el sector Oriente de Santiago (principalmente en la comuna de Providencia), las cuales iniciaron en el país un sistema de producción conocido como prêt-à-porter y conformaron un espacio de
compra y también de sociabilidad para un segmento de consumidores de moda en la capital. La idea de este proyecto es relatar la historia de las primeras boutiques que se asentaron en la capital y además rescatar fotografías que formaron parte del imaginario de la moda nacional de período (provenientes de revistas femeninas de la época, archivos personales, entre otros).
-¿Cuál creen que es el valor generalizado que se le ha dado a la moda chilena, desde su época de oro hasta hoy?
Desde una perspectiva historiográfica, sin lugar a dudas, ha cambiado mucho la percepción sobre la ropa “hecha en Chile”. En la década de los sesenta, correspondiente al primer periodo en estudio de nuestra investigación, casi la totalidad del vestuario estaba manufacturado en territorio nacional, además contábamos con una poderosa industria textil que abastecía cerca del 95% de la demanda nacional. La economía en esos años, protegía la industria nacional y fomentaba su desarrollo. Esto se complementó con que los gobiernos de Frei Montalva y Allende impulsaron un ideario nacionalista. Todo cambió al instalarse el modelo neoliberal en la época de Dictadura. Comenzaron a ingresar marcas extranjeras provenientes del continente asiático, como también de Europa y Estados Unidos. Frente a este nuevo panorama, que facilitó la apertura a otros mercados, la industria textil chilena no soportó la competencia y las fábricas debieron cerrar sus puertas. Sumado a esto, la chilena con mayor poder adquisitivo compensó a preferir las marcas de lujo extranjeras y no la confección de diseñadores chilenos. Ya para la década de los noventa, el mall y las empresas de retail se fueron convirtiendo en la principal fuente de acceso al vestuario en el país.
Sin embargo, hace algunos atrás el “diseño de autor” ha ganado territorio nuevamente; muestra de ello son las pequeñas tiendas ubicadas en el Drugstore, el Barrio Italia, entre otros, donde se han instalado una nueva camada de diseñadores que apuestan por una producción local y a baja escala.
· ¿Qué marcas permiten definir la moda chilena en su historia?
A decir verdad, el vestuario en Chile ha estado estrechamente vinculado a referentes extranjeros desde tiempos remotos. En el caso de nuestra investigación, se analiza una primera escena de la moda chilena capaz de definirse como tal, y por consiguiente, el establecimiento de una sistema de moda que contempló no sólo la producción de las prendas, sino que también su comercialización y difusión en medios de prensa o desfiles. En sus inicios, el fenómeno de las boutiques de Providencia se caracterizaba por ser un panorama de nicho, el cual en su gran mayoría era liderado por mujeres provenientes de clases acomodadas que decidieron invertir la educación de su «buen gusto» al negocio de la moda; ellas se dedicaban a imitar o adaptar los
modelos que captaban en revistas internacionales o adquirían en viajes que realizaban a las grandes capitales de moda. Entre este primer conjunto de boutiques que comenzaron esta suerte de colonización del sector Oriente de Santiago, se pueden destacar a Luz Lyon, Roberts, Elle, Schock, Mori, Pelusas, Laura Rivas, Flora Rocca, Vog, Tai y Trio.
Pese a que la copia y adaptación fue la tónica de producción predominante en los inicios del prêt-à-porter chileno, hubo un grupo de artífices que buscó liberarse de los referentes extranjeros y desarrollar una indumentaria con códigos propios. Dentro de lo que se dio a conocer como «Moda autóctona» se identifican a cinco exponentes: Marco Correa, María Inés Solimano y Nelly Alarcón, quienes se abocaron al diseño de vestuario, además de Enrique Concha y Alejandro Stuven, dedicados a los estampados textiles. De igual forma, resulta relevante decir que estas son sólo algunas de las tantas boutiques que compusieron la etapa fundacional de la escena en estudio.
· Cuéntennos acerca del proyecto de exhibición que tienen y por qué deben ser de las marcas que indican en las instrucciones.
En el marco del cierre del financiamiento del Fondart, decidimos organizar una charla y aprovechar la instancia para hacer una pequeña muestra, con aportes tanto de personas que entrevistamos, así como también de quienes de manera voluntaria nos ofrecieron prendas que aún conservaban de la época. En relación a las marcas seleccionadas, hemos puesto un esfuerzo en mostrar vestuario de boutiques que hayan producido su oferta en Chile, en este sentido, resulta necesario recordar que durante el régimen totalitario se liberalizaron las importaciones en el país, lo que consecuentemente promovió el ingreso de indumentaria extranjera. Esto significó que a partir de 1975 hubiese una diversificación de la escena, donde convivían tiendas que fabricaban sus modelos en territorio nacional, otras que se dedicaron a importar y también las grandes marcas internacionales.
El jueves 11 de abril, Moda al Paso cierra su proyecto con una charla a las 19:30 hrs. a realizar en el salón Sergio Larraín, campus Lo Contador de Universidad Católica. A partir de las 19:00 se podrá ver la muestra con prendas recopiladas de una lista de boutiques que publicaron en la misma cuenta @moda_al_paso.
Fotos: Instagram, Paula núm. 252, 1977, Paula núm. 204. Año 1975, Paula núm. 307. Año 1979, Paula, núm. 95, 1971, Paula núm. 338. Año 1980, Paula, núm. 66, 1970, Paula nro. 98. Año 1971.