Pocas ocasiones reúnen en un mismo lugar productos, confecciones y técnicas artesanales de diferentes países del mundo. Sin embargo, una marca de ropa ha logrado no solo reunir a artistas de Colombia, India, Indonesia, Italia, Kenya, Mongolia, y Perú, sino también convertir cada colección en un lujo. Maiyet muestra las novedades inspiradas en estas culturas durante Paris Fashion Week, posicionando las destrezas artesanales propias del mundo a la altura de las marcas de lujo actuales.
Dentro de la descripción de su filosofía, Maiyet señala que la marca “está profundamente comprometida con mantener lazos con artesanos de todo el mundo”. Para ello, ha echado mano a la cercanía con Nest, una organización sin fines de lucro que entrena a artesanos para inculcarles conocimientos empresariales que los ayuden a promover sus trabajos. Los personajes tras esta iniciativa son Paul van Zyl y Kristy Caylor, quienes intentan promover de manera real y más fluida una solución sustentable para el mundo, más allá de la simple organización de eventos de caridad. Y el discurso tras la marca no es menor: van Zyl creció en Sudáfrica junto a su familia, convirtiéndose en los únicos blancos que se opusieron al Apartheid, y toda su vida ha trabajado en diferentes organizaciones, como la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica, en la época post apartheid.
El 2009, van Zyl y Caylor se unieron para crear Maiyet, y el resultado fue una fórmula que mezcla perfectamente la consagración del trabajo artesanal de diferentes pueblos del mundo y el ofrecer vestidos, trajes y tops suficientemente atractivos como para venderse a través de tiendas como Barneys. Pronto, Maiyet lanzará una colección masculina, y abrirá una tienda virtual para posibilitar la compra a través del cualquier rincón. Maiyet se convierte así en la marca sustentable o consciente más exitosa de la actualidad, y una auténtica pionera en el tema.