Nadie esperaba que Barbra Streisand apareciera cantando “The way we were”, que la conducción de Seth MacFarlane fuese tan elegante o que Jennifer Lawrence venciera a Emanuelle Riva y Quvenzhané Wallis, se quedara con el Oscar y además se cayera en las escaleras camino a recoger la estatuilla. Pero esto y mucho más formó parte de la versión Nº 85, la que tuvo sus propios momentos de moda.
La visión general de los trajes se vio marcada por el estilo strapless; el blanco y los tonos muy neutros fueron los que destacaron toda la noche, así como la marca Armani que vistió a la mayoría de las asistentes. Si Lawrence ganó inesperadamente un Oscar, lo hizo vestida de su marca Dior, en un voluminoso modelo blanco de la última pasarela de alta costura, que cambió para la fiesta Vanity Fair por un metalizado Calvin Klein. Anne Hathaway quiso recrear la sencillez de Gwyneth Paltrow o Grace Kelly de antaño vestida de Prada, pero algunos detalles muy notorios favorecieron poco su elección. Amy Adams escogió un Oscar de la Renta muy similar al Versace de Penélope Cruz del 2007, mientras Jessica Chastain llegó de un Armani champagne. Antonia Zegers, quien acompañó a su esposo Pablo Larraín nominado por “No”, eligió un Ralph Lauren verde cuyo estilismo a muchos les pareció que le echaba años encima.
Amanda Seyfried usó un sencillo McQueen que cambió por un rojo furioso Givenchy para la fiesta Vanity Fair; Sally Field cruzó al alfombra en rojo Valentino, el mismo vestido que después llevara Hillary Swank en la fiesta Vanity Fair. Charlize Theron en Dior blanco dio clases de sencillez y elegancia, mientras los metalizados fueron Nicole Kidman en L’Wren Scott y Naomi Watts en Armani. Jane Fonda y Halle Berry mostraron su envidiable figura con Versace, y Catherine Zeta Jones se enfundó en un dorado Zuhair Murad. La pequeña Quevenzhané Wallis llevó Armani, mientras la sorpresa la dio Helen Hunt con H&M, en un elegante y sencillo strapless azul marino.
