En septiembre de 1988, con Rachel Hunter como modelo oficial, apareció la primera portada de Vogue Italia bajo la dirección de Franca Sozzani. La editora que falleció producto de una larga enfermedad, contaba a partir de entonces con el apoyo de un grande de la fotografía, con quien se conectaría por más de 20 años estableciendo el barómetro de lo que era la moda al estilo libre. Mientras en US Vogue, Anna Wintour proclamaría el ascenso total de las celebridades en sus portadas, Sozzani le daría espacio a todo tipo de expresiones artísticas, protesta y retratos de parte de varios famosos a sus ahora ya legendarias portadas.Aunque siempre existió un estilo mucho más apartado de la fama o la prensa amarillista en sus portadas, Vogue Italia si tenía de alguna manera espacio para mostrar a famosas que se ganaron su derecho de acuerdo a su talento en el cine o que representaban estilos acordes a dinastías del cine, como Sofia Coppola de pelo largo antes de ser directora de cine o Charlotte Gainsbourg en plena fiebre de su fama como actriz.
A través de sus portadas, y con ayuda de un equipo de lujo liderado por Meisel, Franca consiguió encarnar el espíritu del verano, de lo andrógino, un homenaje a Blade Runner, a Antonioni, otro al op art y también encapsular la fiebre de la guerra de alguna manera. Dio con polémicas como la apología a las cirugías plásticas con Linda Evangelista vendada para su portada o la película de terror protagonizada por Issa Lish que muchos tildaron de femicidio. Le dio otro nivel de vida a las imágenes que podían ser retratos, buscando un estilo mucho más obscuro a veces pero también más ligero, basado en tendencias como las it girls o las mismas crisis de estrellas como Britney. Por eso y mucho más, cualquiera de las portadas de su era son objetos de colección ya hoy en día.
Fotos: Vogue Italia.