Distintas contraculturas se han desenvuelto y representado de diversas maneras, en las que buscan enlazar una imagen social a la vez que se identifican como personas y como grupo. Entre estas se encuentran los skaters, que si bien no se fundan en problemas sociales de un contexto determinado, han logrado forjarse mediante las décadas como uno de los movimientos juveniles más destacados, sobre todo, entre la comunidad masculina.
El nacimiento de esta agrupación se remonta a finales de los años ’40 y principios de los ’50, cuando los surfistas quisieron buscar un pasatiempo para aquellos momentos en los que no había olas que surfear. Por eso, el surgimiento del skate no se le adjudica a nadie en particular, sino a un movimiento colectivo. Varios tuvieron la idea y la implementaron. Originalmente, el skateboarding denotó algo así como un “surfing de acera”, simulando el mismo tipo de piruetas o acrobacias que se hacían en el mar, dejando claro que lo fundamental del skate era que reemplazaba a la tabla de surf una vez fuera del agua. En 1964, el dúo californiano Jan and Dean grabó la canción Sidewalk surfin, que es igual a Catch a wave de los Beach Boys, pero con una nueva letra que hace referencia al skateboarding en lugar del surf.
El precedente del skateboard fue el crate scooter, cuyo concepto inicial fue el mismo que el del skate, con la excepción de que estaban confeccionados con una caja de madera puesta al frente de la tabla, formando un manubrio rudimentario.
La popularidad del skateboard se expandió rápidamente. Durante los años ’60 se editó la primera revista que tenía como tema central este nuevo deporte. The Quarterly Skateboarder comenzó a publicarse en 1964, y aunque tuvo solo 4 números, marcó un precedente fundamental para la consolidación del deporte y para que nuevas publicaciones se produjeran durante las próximas décadas en todas partes del mundo. De hecho, la revista reanudó sus publicaciones en 1975 bajo el título Skateboarder.
Ya en la década de los ’80, el deporte se popularizó con la película de culto Thrashin’(1986), que cuenta con varias apariciones de los más famosos skaters, como Tony Alva, Tony Hawk, Christian Hosoi y Steve Caballero. Para esta época, el skater se había desligado de la imagen del surfista y se había constituido en sí mismo. Según el reporte de John Fetto (2002) —Your Questions Answered: statistics about skateboarders— para inicios de la década del 2000 existían 18,5 millones de skaters en todo el mundo, siendo el 85% de ellos menor de 18 años y el 74% hombres. Hoy, no podemos negar que a la tendencia también se han sumado muchísimas mujeres.
Por mucho tiempo, la imagen del skater estuvo ligada al joven rebelde y disconforme. Gleaming the Cube (1989), película en la que un joven skater es investigado por la muerte de su hermano vietnamita adoptado, es un ícono del skater de la época. En el último tiempo esto ha cambiado bastante, desde la inclusión de cada vez más y más mujeres que se han sumado al deporte, como la persistencia de las competencias profesionales y la imagen de deporte sano. También, como varios skaters profesionales usan música hip hop, reggae o rock para acompañar sus videos, varios miembros de estas distintas subculturas se han interesando en el skateboarding, transformando de a poco la relación que existía entre este deporte y el punk. Películas como la misma Thrashin’, Grind (2003) o Lords of Dogtown (2005) han ayudado a mejorar la reputación del skater, representando a miembros de la subcultura, teniendo una actitud positiva y participando sanamente en competencias deportivas.
Aunque varias localidades se han negado a construir parques de skate por el prejuicio que significa dejar entrar las drogas y el vandalismo a una comunidad decente, al contrario, en otras ciudades estos parques se han incorporado con fuerza y resultan un lugar favorable para que se practique el skateboard. Ahora esperamos que salga la nueva película del director estadounidense Larry Clark The Smell of Us (2014), para ver de qué manera es retratada esta comunidad deportiva. Hasta el momento, solo sabemos que se trata de skaters parisinos autodestructivos. Ya veremos los resultados, por mientras apoyemos el deporte y la competencia.
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