En 1967, David Bowie lanza el primer álbum de su prolífica carrera, el cual lo mostraba de una manera más natural a la que nos acostumbramos luego; pero fue después de este lanzamiento que conoció al artista Lindsay Kemp, el que lo dejó imitando el maquillaje kabuki, usando kimonos coloridos y cruzando la línea de lo masculino/femenino con cada muestra en escena. Y de la mano de su primer personaje, Ziggy Stardust, Bowie tenía un arma secreta: el vestuario del diseñador de 27 años, Kansai Yamamoto.
Antes de la irreverencia de Rei Kawakubo, o de la revolución minimalista de Yohji Yamamoto, Kansai Yamamoto llegó a fines de los ’60 a instalarse con una boutique propia en Tokyo, dejando el camino seguro para que los diseñadores orientales mostraran su trabajo en Occidente cuando llevó sus prendas a Estados Unidos en 1971. En la tienda Hess’s, conocida por seleccionar a los más originales diseñadores de todo el mundo para mostrar sus trabajos, fue donde se vieron por primera vez los experimentales trajes de Yamamoto, los que Bowie compró de inmediato en una tienda de Londres para canalizar su más reciente creación, el alter ego Ziggy Stardust. Siendo un extraterrestre bisexual que se movía a través de tradiciones japonesas en estética, el vestuario colorido de Kansai se vio como anillo al dedo para la ocasión.
Ciencia ficción y teatro kabuki, tal como Ziggy Stardust se componía, fueron los elementos principales que describían la colección del diseñador japonés, que mostró en un video en 1971. Al año siguiente, Kansai conoció a Bowie en Estados Unidos y le regaló dos trajes nuevos, los que el cantante usó en su nuevo tour. Para 1973, Yamamoto ya debía confeccionarle más de nueve trajes al inglés para que los usara en una nueva gira. Allí se encontraban las piezas “Space Samurai”, “Rites of Spring”, incluso la chaqueta de rayas que después copiaría Riccardo Tisci para Givenchy y varios trajes con hombreras llamativas, colores y estampados que más tarde serían imitados por nuevos estilos glamorosos. Aunque tiempo después la fama del japonés se diluyó hasta 1992, fecha de su última show, las primeras colecciones y su trabajo con David Bowie sin lugar a dudas constituyen todo un hito dentro de la relación moda/música.