Tao Okamoto, Liu Wen y Du Juan son parte de las modelos más reconocidas de Asia que desembarcaron en el mundo de la alta costura. Desfilan en París, Nueva York y Milán, aparecen en editoriales de revistas del mundo entero y los diseñadores las llaman para sus desfiles. Pero fue a principios de los años ’60 cuando por primera vez una modelo japonesa se atrevió a cruzar el continente para trabajar en la moda; Hiroko Matsumoto era su nombre, y fue musa de Pierre Cardin.
Revistas como Vogue y L’Officiel la mantienen en sus editoriales más clásicas, y el maestro del Space Age de los ’60 fue su más cercano mentor. Pierre Cardin la conoció en su viaje a Japón en 1960, donde la invitó a modelar para su marca en París. Matsumoto viajó y se asentó en la capital de la alta costura, donde Cardin la mostró en la publicidad, pasarelas y editoriales con su ropa. Pronto Hiroko sería conocida solo por su primer nombre, al más puro estilo de las supermodelos, mientras Cardin la convertía en su musa.
La aventura de Hiroko en la moda no alcanzaría a durar una década. En 1967, se enamoró de un empresario y decidió retirarse del modelaje para convertirse en madre. Sin embargo, otro de sus roles reconocidos sería el de protagonista de una de las películas de François Truffaut, “Domicile Conjugal” (1970), donde aparecería en los créditos con el apellido de su esposo. En la oportunidad, interpretó a la amante del personaje de Jean-Pierre Léaud, vestida de Hanae Mori.