En nuestra estadía en París durante la Semana de la Moda de esta capital, fue imposible no detenernos al pasar frente a la boutique GoldyMama ubicada en Rue du Surmelin 75020, París: una picada de prendas retro para varios directores de cine. La tienda que reúne objetos de deseo de los años 40′ a 80′, nació como una necesidad casi orgánica de Katia Rapp, una amante del diseño desde pequeña.
Katia Rapp adquirió el gusto por las piezas únicas y con valor histórico cuando de pequeña acompañaba a su madre a diferentes ferias de las pulgas y ferias de antigüedades. Tras varios intentos de asociar su carrera profesional al mundo de la moda, logró lo que siembre había soñado de forma inconsciente: tener su propio espacio para atesorar vestidos, carteras, decoraciones y todo tipo de objetos de décadas pasadas.
Recogiendo piezas que le regalaba su tía, suegra, abuelas y amigos, Katia fue empezando a juntar y a juntar objetos dentro de su casa hasta encontrar el lugar idóneo para abrir su primera tienda. Hoy en día no solo cuenta con esta boutique, ya que desde hace aproximadamente año y medio, abrió una nueva tienda GoldyMama en Marseille y una en Ginebra, Suiza.
Con dulces, alfombras, sillones y una cálida iluminación, el local te invita a sentirte en tu propia casa y a comenzar a escarbar entre los tesoros que puedas encontrar. En cada detalle se nota la preocupación de Katia por hacer de éste un lugar diferente a los ya bien conocidas tiendas de ropa usada. Una de las diferencias claves es que la dueña del local no compra fardos ni ropa de segunda mano por kilos, puesto que se dedica a buscar en diferentes lugares de París, de las distintas regiones de Francia y de otros sitios como en Alemania, una a una las prendas que ocuparán su lugar en los percheros de GoldyMama.
“Tengo muchas clientas del barrio”, explica Katia, “desde la chica que parece modelo hasta la abuelita que viene con sus nietas… no hay solo un estilo definido. Y recibo también a todas las chicas que tienen siluetas más complicadas, con caderas o bustos prominentes, y a las que les cuesta encontrar ropa en el mercado, entonces todos esos vestidos de los años 40′ y 50′ les queda súper bien y les marcan bonitas figuras”.
Para los que tengan la oportunidad de visitar la tienda, notarán que la dueña de GoldyMama se preocupa de entregar prendas que se puedan combinar fácilmente con lo que existe en el mercado actual. Además, junto a su marido, está constantemente observando las últimas tendencias en revistas y desfiles para tener una línea más próxima a lo que las usuarias de hoy -y no la de 30 años atrás- están buscando. Uno de los proyectos que tienen en conjunto es crear una colección propia, ya que acceden a telas completamente bellas de cortinas, manteles y sábanas antiguas.
