En la década de los ’80, por allá por los tiempos del pelo rizado con permanente, de los cintillos y de las cazadoras de cuero, nacía una tendencia que traería a la lycra a su apogeo máximo. Junto a la aparición de películas como Footloose, o Fama, la ropa deportiva consiguió extenderse hacia afuera de los gimnasios, invadiendo el vestuario cotidiano tanto de día como para salidas nocturnas. Pero es quizás otra la película que logró implantar esto como una moda y perpetuarlo hasta la actualidad, la segunda de Adrian Lyne: Flashdance, de 1983.
Si bien la película fue salvajemente atacada por las malas críticas al momento de su estreno, en la actualidad es reconocida como una de las películas con mejor registro musical y estilístico de la segunda década del siglo XX. Aparecieron como protagonistas las leggins, las sudaderas grandes tijereteadas de forma de poder mostrar los hombros, las zapatillas de colores estridentes y el infaltable complemento de las bucaneras. Todas estas, prendas adecuadas para una jornada deportiva, pero ya no tanto cuando la moda comenzó a expandirse y la gente comenzó a utilizarla para salir a bailar, para ir de compras, o a cualquier lugar donde pudieran ser apreciados sus looks.
Pero quizás lo más llamativo del fenómeno Flashdance, es la utilización de las prendas masculinas en la mujer. El personaje de Alex (Jennifer Beals), aparte de su reconocida tenida al momento de bailar, posee fuera de las pistas un look en el que abundan los abrigos Oversize, las chaquetas con grandes capas, botas de suela gruesa, e incluso chaquetas que remiten a lo militar, con parches e insignias bordadas.
Michael Kaplan, encargado del diseño de vestuario de la película, confiesa haber inspirado sus looks en las visitas que realizaba a diferentes ensayos de bailarines, los cuales terminaban por intervenir sus ropas para mantener el calor, la comodidad y la movilidad, pero siempre pareciendo mantener su estilo propio.
Con su diseño, Kaplan introduce a Alex en un contexto en el que debe luchar para existir en un mundo dominado por los hombres, adoptando un estilo muy varonil a la hora de vestir. Más allá del sweater recortado en el cuello, los tejidos de punto grueso que Alex utilizaba, son quizás incluso más duraderas en la actualidad; pero fuera cual fuera la mayor de sus herencias, Flashdance dio a la mujer un espacio para explorar en el mundo de la ropa masculina y ése es probablemente su máximo aporte a la moda actual.