A principios de los años ’80, Prince se convirtió en una sensación musical que además refrescaba la estética del pop con un inusual estilo y una inclasificable imagen. Justo cuando vivimos una era donde la expresión forma parte importante del look de las personas y la censura se aleja de ello, Prince es una especie de pionero en cuanto a dejar de lado el género y vestir como uno quiera. Y eso fue precisamente lo que mostró en 1985 cuando asistió a algo tan tradicional y mainstream como es los premios Oscar, donde estaba nominado en dos categorías.
Prince había protagonizado y lanzado el disco de “Purple Rain” en 1984 bajo un éxito descomunal. A través de líneas de su propia historia, el norteamericano incorporó letras y melodías clásicas hasta el día de hoy, bajo el amparo de la balada rock que llevó el nombre de la cinta. Esa canción ganó el Oscar a Mejor Canción de Película, mientras su disco “Purple Rain” también se llevó el premio a Mejor Banda Sonora.
En la ocasión, el intérprete siguió fiel a sus gustos personales: vistió con una túnica/capa de lentejuelas púrpuras, todo complementado con maquillaje y una flor que llevó en la mano. Guantes de encaje negro, joyas y botines con tacos formaron parte de esa propuesta. Prince apareció en las revistas y diarios de todo el mundo, sellando su destino como icono, el mismo que hoy apreciamos a dos años de su muerte.
Fotos: Billboard, zimbio.