A finales de la década de los 60, cuando los hard mods ya habían instalado una nueva subcultura –los skinheads–, aparece en escena un nuevo grupo de jóvenes interesados en recuperar el estilismo propio de los primeros mods. Por eso, los suedeheads se dejaron crecer el pelo rapado completamente de los skinheads, hasta 2 pulgadas sobre la cabeza. De ahí el nombre, que en español sería algo así como “cabezas de gamuza”.
Aunque muchos consideren que los suedeheads no son propiamente una subcultura, sino más bien una extensión de los skinheads, esta nueva comunidad adolescente supo distinguirse bien de los violentos e ideologizados skins recurriendo a un vestuario más formal. A pesar de que la mayoría pertenecía a la clase trabajadora inglesa, al igual que el skinhead común, algunos miembros de los suedeheads fueron trabajadores white-collar, es decir, tenían trabajos profesionales en oficinas.
El vestuario del suedehead se componía muchas veces de zapatos wingtip, mocasines o basketweave noruegos en lugar de botas. Trajes —especialmente en tejidos con patrones como el Príncipe de Gales o el houndstooth— que gustaban vestir todos los días y no solo en ocasiones especiales. Abrigos estilo Crombie o de piel de oveja. Camisas abotonadas al cuello, especialmente aquella camisa con patrones windowpane bajo un chaleco sin mangas. Pantalones Sta-Prest —aquellos resistentes a las arrugas, producidos por Levi Strauss desde 1964— que reemplazaron al típico jeans del skinhead. Y calcetines de colores fuertes —como rojo o azul— en lugar de blancos o negros.
En cuanto a música, los suedeheads siguieron escuchando reggae, rocksteady, ska y soul como los skinheads, pero además sumaron algunos grupos de glam rock británico. Disfrutaron, como toda la década del 70, de las noches Northern Soul en el Wigan Casino, el nightclub inglés que en 1978 fue nombrado por la revista Billboard como «La mejor disco del mundo».
Al igual que los skinheads, la vida de los suedeheads fue llevada a la pantalla grande en 1970 por Barney Platts-Mills en la película Bronco Bullfrog, donde un grupo de adolescentes ladrones planea llevar a cabo un robo de mayores proporciones mientras transcurren sus vidas sin futuro. La película fue descrita como “pura poesía Mod” y una “obra maestra”, según Simon Wells en el libro Your Face Here: British Cult Movies Since the Sixties. Además, Morrissey los cita en el título de su famoso single de 1988 Suedehead.
El culto a los suedeheads ha traspasado las décadas, sobre todo gracias a su vestuario que recupera el traje del Mod en la cotidianeidad, y le suma la irreverencia del skinhead. Así, los suedeheads muestran que la moda también tiene sus propias tradiciones, ya sea que estén hechas de cabezas rapadas, ternos o gamuza.