Es sin lugar a dudas, uno de los nombres más famosos del diseño de vestuario nacional. Ha colaborado con otras marcas como Americanino, creó prendas que fueron vendidas en Jumbo –pronto repetirá esta hazaña–, y hace poco instaló sus colecciones en Local9F, junto a otros diseñadores nacionales como AdeAntonio, Roberta y Polca. Sebastián del Real Ossa pasó de estudiar Gastronomía a convertirse en Diseñador en poco tiempo, teniendo siempre a su madre como inspiración principal y también vistiendo a famosas que muestran con orgullo sus diseños, pese a más de alguna crítica. En esta oportunidad, le preguntamos acerca de su futuro, la industria misma y hasta sobre la democratización de opiniones con las redes sociales.
-Leí que comenzaste estudiando Gastronomía y luego decidiste irte por el Diseño de Vestuario. ¿Qué es lo que más te atraía sobre el oficio?
-Luego de analizar el por qué, me di cuenta que ambas comparten un mismo fin, el satisfacer una necesidad básica del ser humano. En la primera instancia estaba pensando en el alimento, luego en el vestir. Ambas carreras me apasionan y parecen muy interesantes, primero por lo antes mencionado y segundo, ya que todos tenemos diferentes estilos y gustos respecto a ambas; por medio de éstas comunicamos el cómo vivimos, intereses particulares y mucha pasión.
-Cuando hablamos de moda, la mayoría de los referentes son internacionales. ¿Qué diseñadores chilenos conocías y te inspiraban en tus inicios? ¿Quiénes lo hacen ahora que ya conoces más sobre el medio?
-Cuando comencé a estudiar Diseño de Vestuario en la Universidad del Pacífico, sabía muy poco sobre el trabajo de referentes nacionales e internacionales. Cuando me tocaba investigar para trabajos, me llamaban la atención diferentes diseñadores internacionales, ya que ahí hay muchísima técnica y creatividad, cosa que pensaba que solo pasaba afuera. Con el tiempo, me fui dando cuenta que aquí también existían referentes importantes y que sin duda alguna manejaban técnicas espectaculares y hacían diseños increíbles. A los primeros que comencé a observar fue a Rubén Campos y Jaime Troncoso. El primero confeccionó el vestido de novia a una conocida y aluciné con la construcción de aquella prenda. Lleno de detalles, el vestido era espectacular y muy elegante. A Troncoso lo conocí luego de tenerlo como profesor. Lo que más me encantaba de su trabajo era su pasión y cariño, la dedicación y el espíritu que le ponía a cada prenda. Además, me encantaba de él esa faceta teatral, que su mujer siempre destacaba y llamaba la atención por tener una personalidad muy evidente y potente. Hoy conozco a muchos colegas y creo que existen trabajos bien hechos y admirables. Puedo destacar a quienes me hicieron clases como Juana Díaz, a colegas con quienes comparto espacio como AdeAntonio, Roberta y Polca, además de personas a quienes estimo mucho: Adolfo Fernández, Paulo Méndez, Matías Hernán, Lupe Gajardo, Juan González, Juanita de León, Claudia Vitali, Ignacia Zordán y Pablo Gálvez, por nombrar solo algunos. Cada uno en su estilo, con su clienta y su universo propio, aportan con cada colección un grano de arena para hacer de este medio uno especial, genial y efervescente.
-¿Qué es lo más importante que aprendiste trabajando en Producción junto a Manuel Rojas?
-Como profesional, me considero súper agradecido de haber aprendido de él y del trabajo que existe detrás de todo lo que luego vemos publicado. Fue una oportunidad perfecta para conocer más sobre el medio, entender cómo se mueve. Me tocó hacer de todo un poco y creo que el darse cuenta que hay que trabajar harto para que un proyecto funcione, fue lo mejor que me pudo pasar. Crecí mucho bajo la guía de Manuel, él también me mencionó que debía terminar la carrera, cosa que finalmente hice. Le tengo muchísimo cariño a esa experiencia.
-¿Cómo ves la educación relacionada al vestuario en Chile y cómo se desarrolla en comparación a Buenos Aires, por ejemplo?
-Creo que la educación que tenemos es buena. En la parte técnica, creo que hay docentes súper capacitados y que tienen muchísimo conocimiento. En la parte comercial, considero que hay muchas falencias. Igualmente, sé que las mallas se van modificando y adaptando para corregir problemas a través de las distintas instituciones que imparten la carrera. Tenemos que entender que somos una industria que recién está comenzando y por lo mismo hay que ir adaptándose y capacitándose. De Argentina no tengo mucho que comentar, ya que desconozco como es la educación allá. Sí destaco sus ganas, su industria independiente y el valor que han logrado entregarle al producto nacional.
-Alguna vez dijiste que tu trabajo es muy apegado a la metodología de la alta costura. ¿Qué significa esto para ti?
-Esa cita está tomada de hace mucho tiempo, cuando atendía clientas en su mayoría y hacía pequeñas cantidades de pret-a-porter refinado. Ahora que la marca ha crecido, tenemos una línea de pret-a-porter mucho más desarrollada y la alta costura está dedicada a clientas particulares. Vivir exclusivamente de la alta costura dejó de ser para mi algo primordial. Hoy mi interés principal es poder vestir a muchas personas con prendas de diseño, exclusivas y que se destaquen del resto que ofrece el mercado. A mí la ropa me sirve en la calle, no colgada en un perchero acumulando años y polvo.
-El 2012 apareciste en la prensa destacado como el nuevo nombre de la moda. ¿Cuál ha sido hasta el momento el hito favorito de tu carrera?
-Sin duda el hito más importante ha sido instalar y abrir LOCAL 9F. Esta experiencia ha sido súper gratificante, como emprendedor es el paso más importante de mi carrera hasta ahora. También le guardo especial cariño al evento “IS from Chile”, realizado en México el año 2013. Esta convocatoria de ProChile, donde postulamos varias marcas, me llevó a mostrar mi colección Luna P/V2014 en el Museo Soumaya, una estructura ícono de la capital mexicana. Además el poder mostrar mi trabajo en el extranjero y recibir el feedback de un público que no conocía la marca, fue muy especial.
-Comenzaste a vestir a mujeres que de alguna manera forjaron su fama en redes sociales, como Vesta Lugg y la blogger Nicole Putz. ¿Qué significa para ti la relación entre una marca y una figura popular, más allá de ganar una mayor notoriedad? ¿En qué te basas para decidir vestirlas a ellas y quizás no a otras figuras?
-Creo que estas alianzas estratégicas sin duda alguna tienen como principal objetivo el generar mayor notoriedad. El trabajo que realizamos como marca es bien de nicho y si queremos mayor exposición, debemos generar este tipo de relaciones comerciales. Es por ello que también se ha trabajado con marcas como Jumbo, Falabella o Americanino. Quiero y tengo como objetivo llegar a más personas con mis diseños y ojalá en un futuro poder toparme con muchas mujeres usando mis prendas en la calle. En el caso particular de Vesta y Nicole, quienes ya son una marca por sí solas, hemos hecho cosas bien entretenidas e interesantes. En su minuto ambas se acercaron a conversar conmigo y así fue como comenzamos a trabajar en conjunto. A las dos les ha servido mucho el apoyo que les he brindado, generando looks icónicos en la carrera de ambas. En el caso de Vesta, me encanta el look del lanzamiento de su película y el de la gala de Viña y en el caso de Nicole, me gusta mucho el look con el que apareció en el New York Times y el de la gala de Harper’s Bazaar Chile. Son dos mujeres geniales, porque aparte de disfrutar y lucir muy bien los diseños, son mujeres que apuestan por ser y verse diferentes.
-A veces el look de ciertos momentos no es aprobado por todos, algo como lo que le pasó a Vesta en la gala del Festival de Viña este año. ¿Cuál fue tu reacción ante las críticas que recibió por su traje? ¿Crees que esta democracia de opinión sobre el estilo le hace bien o mal a la moda en Chile?
-Aun cuando las críticas se referían a la prenda en sí, estaban teñidas de odiosidad. Fue muy fuerte leer comentarios cargados de energías súper mal enfocadas, de personas que se dedican a repartir sus frustraciones teñidas de opinión. Ese día aprendí que hay que tomar las criticas de quien vienen. El traje lo tengo colgado en mi taller, lo miro y admiro. Me encanta el trabajo, que tomó más de quinientas horas y pienso que sin duda alguna es una prenda icónica de la marca, de la cual nadie va a olvidarse. La idea era destacar y lo logramos. Considero que el que ahora se hable de moda está perfecto. A mí como diseñador y marca no me sirve que mi tema no sea tema; tiene que serlo y ojalá cada día más se le dé el espacio que merece el diseño chileno, en medios y prensa, que se hable y se destaque lo que hacemos los diseñadores nacionales.
-Hemos visto en algunas oportunidades que campañas nacionales, fotografías en revistas o incluso prendas, muestran cierta “coincidencia” con otras internacionales o incluso del mismo país. ¿Cuál es tu opinión frente a esto?
-Creo que es natural que existan influencias en el trabajo que realizan los profesionales del área. Ahora, respecto a la copia, creo que hay que ser muy delicados. Es triste ver que no se les da el espacio que merecen a profesionales con ideas originales y se prefiera una idea ya vista y probada. En ese sentido, sería bueno que como creativos nos neguemos a hacer este tipo de cosas, ya que no aportan y crean esa sensación de que acá no somos lo suficientemente inteligentes ni capaces de desarrollar proyectos propios.
-Ahora que estableciste Local 9F junto a otros creativos nacionales del vestuario, ¿piensas que hay un auge en el interés de los chilenos por adquirir piezas de diseñadores nacionales? ¿Cómo ha sido el recibimiento que han tenido con la tienda?
-El interés está instalado y creo que va a seguir en aumento. Con tanta alternativa de retail, creo que el público busca en nosotros algo muy importante: diferenciarse. Espacios como LOCAL 9F reúnen colecciones que son alternativas urbanas, usables, diferentes y con diseño. Ha tenido un buen recibimiento y el producto que desarrollamos ha tenido muy buena acogida.
-¿Cuál es la estrategia que mantienen para marcar el interés del público por ir a la tienda y adquirir sus prendas, por sobre otras que puedan ir por un camino similar?
-Creo que cada marca tiene su espíritu súper definido y eso ha conquistado a su clientela. Además, también en la tienda nos preocupamos de expresar que todo es producto nacional, lo que inmediatamente llama la atención de los clientes. El estar en un espacio masivo nos ha ayudado mucho a aumentar nuestra base de clientes, y quienes buscan prendas acá se van felices sabiendo que es un producto de muy buen nivel, alto diseño y características exclusivas.
-Hoy existen muchísimas marcas y creativos que están tratando de establecer su huella. ¿Qué es lo que necesitan los diseñadores nacionales para llegar al próximo nivel?
-Prensa, difusión, plataformas que fomenten y posicionen el diseño de indumentaria como lo que realmente es, una expresión del ahora a nivel local y global. A mí me parece insólito que revistas emblema de moda se llenen de hojas dedicadas a lo más aburrido y genérico del diseño. Hojas y hojas con la misma ropa, con la misma modelo y de una uniformidad que asusta. Además me llama poderosamente la atención que todos los medios que sí nos publican piensan que nos están haciendo un favor. Esto es una relación simbiótica, no parasitaria y parecen no entenderlo. Si los medios quieren más ropa espectacular y más contenidos para hablar, tienen que darnos el espacio para que a la larga podamos tener una relación comercial. Hay muy poca visión de futuro.
-Cuéntanos qué se viene para tu marca en la colección de la próxima temporada y/o posibles colaboraciones.
-Ahora estamos en Liquidación de invierno y preparando la colección PV 2016, que será lanzada en octubre. Además, en ese mismo mes, se lanza la colección Pret-a-Porter que diseñamos en una nueva colaboración para URB de Jumbo.
-Por último, dinos una canción, un ícono y una película que te inspiren.
-Canción: The Future of The Future – Deepdish & Everything But the Girl. ícono: Mi madre. Película: “El Joven manos de Tijera” de Tim Burton.
Fotos: Facebook Oficial, VisteLaCalle, Sitio web oficial.