Una pasión que nace desde casa, entre un taller de joyería y otro de sastrería en la V región, bajo el alero de dos abuelos que supieron traspasar su pasión y dedicación por el buen oficio e inculcar la perseverancia por los objetos bien logrados. Así es como se entiende el contexto en que Carolina Gimeno construyó su camino como orfebre internacional. Sus pasos se iniciaron en las artes visuales, para luego reencontrarse con la joyería luego de un viaje que realizó a Barcelona. “Tuve la oportunidad de conocer la existencia de la joyería como arte, hoy en día también llamada joyería contemporánea, y desde entonces decidí integrar la joyería a mi background artístico, dedicando 15 años de mi vida a la formación técnica y académica del rubro”, nos cuenta desde Estocolmo, donde por estos días se encuentra exponiendo para la muestra “Open Space Mind – Maps, positions in contemporary jewellery”, del Museo Nacional de Diseño de la misma ciudad, siendo la única orfebre latinoamericana seleccionada para la muestra.
-Provienes de una familia ligada a la joyería y a la sastrería, ¿directamente cómo se traduce esta herencia y por qué decidiste abocarte a la joyería contemporánea?
-Crecí en un entorno donde, tanto mi familia paterna de joyeros, como mi familia materna de sastres, me inculcaron la apreciación por lo hecho a mano, con maestría, por lo precioso y por el uso de materiales nobles ante todo. Crecí entre ambos talleres sabiendo que una joya es para toda la vida y un traje también, que ambos forman parte de la vida y que contribuyen en la identidad de las personas.
Mi abuelo joyero, Vicente Gimeno Camacho, también es nadador, salía a nadar al mar, y siempre me cuenta que esta experiencia lo hizo entender que todo está en uno mismo, que si logras llegar a la orilla después de horas interminables de esfuerzos, es por tu propio ímpetu a lograrlo.
Después de haber extendido por casi 10 años sus estudios y conocimientos de orfebrería por Europa, Carolina volvió a Chile como Técnica Superior en Joyería Artística y Artes Plásticas de la Escola Massana de Barcelona, donde aprendió de académicos como Ramón Puig Cuyás y Carles Codina, a quienes ella considera mentores. “Tenía pendiente acabar mi Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad de Playa Ancha, [estudios] que había dejado inconclusos al trasladarme a Europa. Durante mi estadía en Chile, tuve la oportunidad de conocer a Ruudt Peters, uno de los joyeros-artistas de mayor relevancia internacional por su aporte al desarrollo de la joyería de arte (…) y fue él quien me influenció a extender mi formación a un nivel más competitivo, planteándome la posibilidad de postular a una candidatura de Master en Joyería en Ädellab, departamento que él mismo fundó en la Universidad de Artes, Artesanía y Diseño, Konstfack, de Estocolmo”, nos explica Carolina, quien postuló al año siguiente de haber obtenido su Licenciatura en Artes, quedando aceptada dentro de un grupo de 7 personas, para aprender de los orfebres con más prestigio en la academia de joyería artística.
-¿Cómo defines la línea de trabajo y su morfología/estética?
-La entiendo como un “site -specific”, es decir; cada proyecto se establece en relación a determinados conceptos que le otorgan contexto a la obra y por lo tanto, su estética queda definida por el lado conceptual. La estética en mi trabajo la entiendo como distintas “identidades”, las que van cambiando, adquiriendo distintas connotaciones en función del concepto de cada proyecto.
“Placeres Portables, cuando la intimidad se hace pública”
Por ejemplo, hablando más específicamente en relación a “Placeres Portables, cuando la intimidad se hace pública”, desde la elección de los materiales; calcetines usados por personas desconocidas y transformados en metal, esmaltados y combinados con perlas (aplicando técnicas complejas de joyería clásica), tiene que ver con una serie de reflexiones en torno la cultura de lo material, la historia socio-antropológica de la joyería y la percepción occidental hacia lo que es femenino en relación a la connotación banal que se le ha adherido al acto de decorar el cuerpo con joyas en el mundo occidental, comúnmente relacionado con la mujer.
La estética en este proyecto, tiene que ver así con lo corpóreo, presentando formas orgánicas que refieren a las partes más intimas del cuerpo femenino, cuestionando así el cómo nos relacionamos con la idea de lo íntimo en la esfera de lo público (las normas) y cómo el tratamiento de lo femenino puede ser cuestionado a través del uso de estas joyas.
-¿Con qué materiales trabajas? ¿Alguna técnica especial que sea una especie de sello?
-He desarrollado una fuerte pasión y maestría por el uso del esmalte al fuego, pero también trabajo con metales preciosos y con piedras preciosas. Muchas veces me interesan otro tipo de materiales más experimentales; materiales que des-contextualizo y revalorizo al transformarlos en joyas.
-¿Cómo surge tu participación en la exhibición Open Space-Mind Maps (11 de marzo – 15 de mayo) y con qué piezas estás presente?
- La exposición ha sido ideada por el Museo Nacional de Diseño de Estocolmo, en conjunto con Inger Wästberg, consejera del museo, coleccionista y experta en joyería contemporánea, quienes tuvieron la iniciativa de crear una exhibición con motivo de una exposición de joyería anterior, que se llevó a cabo hace 30 años en el mismo museo. Junto a la curadora e historiadora de arte, Dr. Ellen Maurer Zilioli, se invitó a 30 artistas internacionales que estuvieran dominando el campo de la joyería contemporánea actual. La exposición incluye las joyas de la colección permanente del Nationalmuseum, que incluye trabajos de artistas como Beatrice Brovia, Tobias Alm y Carolina Gimeno. Para mí esto ha sido un tremendo honor, junto con ser la única latinoamericana de “Open Space-Mind Maps”, con 13 joyas de mi proyecto “Placeres Portables”.
Muestra “Open Space Mind – Maps, positions in contemporary jewellery” del Nationalmuseum Design. Fotos: Felipe Maruri.
-Bajo tu perspectiva, ¿cómo debe entenderse la joyería contemporánea hoy en día? En términos del usuario, ¿cómo este puede relacionarse con las piezas joya-arte?
-La joyería contemporánea se originó en Europa a mediados de los años 60 como una expresión artística que se distingue por ser el producto de una investigación artística, tanto conceptual como material. En ella lo que se busca es transmitir y comunicar a través del objeto en relación con el cuerpo físico y su interacción en el ámbito social.
Este término originalmente ha tenido que ver con una manera de hacer arte, utilizando la joyería como medio de expresión. La joyería contemporánea hoy en día es un término muy amplio y ambiguo, pero creo que la verdadera intención es comunicar ideas que sean producto de una profunda investigación artística.
Con respecto al usuario, la joyería contemporánea hoy en día es para la elite de la elite. Esto lo dictan los eventos, los circuitos y por otra parte, los elevados precios. Para que esto cambie hace falta un trabajo extraordinario por difundir la joyería a través de otros medios, orientados a otro tipo de público más amplio. [Así se] entendería que adquirir una pieza de joyería contemporánea realizada por un artista puede llegar a ser tan valioso como comprar una joya clásica y tradicional, ya que se trata de un objeto que ayuda a construir identidad. Invertir en joyería contemporánea es tan valioso como lo es comprar una pintura, una escultura o un collar lleno de brillantes.
-¿Quiénes son tus referentes en joyería contemporánea sudamericana?
-Lamentablemente, cuando comencé a dedicarme a la joyería contemporánea, en Sudamérica ni siquiera existía el término, menos los referentes. En general no me gusta mirar hacia los otros joyeros como inspiración o ejemplos a seguir, mis referencias vienen desde otras áreas. De todas maneras considero muy respetable el trabajo de artistas-joyeros como Iris Eichenberg, Gijs Bakker y Emmy van Leersum. Hace un tiempo tuve el placer de descubrir el trabajo del talentoso artista colombiano Daniel Ramos, el cual también me parece muy destacable.
-¿Cuáles son tus planes para el 2016?
-Desde principios de este año me encuentro en Varsovia, por una temporada. He venido a formar parte del equipo creativo de Thisispaper Studio, un estudio de diseño que desarrolla varias líneas de trabajo. Por un lado, cuenta con su parte editorial, Thisisipaper magazine, un blog activo dedicado al arte, la fotografía, la arquitectura y el diseño. Por otro lado, también cuentan con el desarrollo de colecciones de bolsos, hecho completamente a mano en los talleres del estudio, además de otros proyectos interdisciplinarios. Mi rol en el equipo es apoyar los distintos proyectos que se desarrollan, con un enfoque en el mejoramiento y contribución a los distintos proyectos, pronto se verán detalles en el lanzamiento online de algunas de estas novedades.
Mis planes son continuar con mi trabajo artístico al regresar a Estocolmo esta primavera y continuar con los compromisos que esto conlleva. Muy pronto saldrá publicado mi trabajo en el libro de la Editorial Española Promopress, “New Necklaces”, y además de que me encuentro trabajando para distintos proyectos relacionados con ámbitos como joyería, diseño y gastronomía.