Esta semana cerraremos la ruta del vintage observada en Buenos Aires este Febrero recién pasado, con dos espacios emplazados en el sector urbano que sin duda se origina desde el mismo principio: recuperar.
El primer espacio es el antiguo Mercado de San Telmo que data de 1897, ubicado en Calle Defensa 961, cobijado en una estructura de fierro y remaches obra del arquitecto Juan Buschiazzo. En su interior además de verdulerías, carnicerías, panaderías, cerrajería y artesanía se puede encontrar una interesante selección de vestuario y complementos, donde los zapatos y las carteras sin duda constituyen los mejores hallazgos. Los precios son justos (hacia ambos lados) y la atención realmente grata (fui 4 veces, estando en la decisión de no repetir lugares). Se recomienda el puesto de carteras tipo Chanel, la juguetería antigua y el puesto de cueros y botas donde botas de agua con tacón fueron el aporte.
El día Domingo en longitudinalidad de Calle Defensa se dispone la Feria de San Telmo, una intervención urbana efímera que aparece como rito sagrado cada cierre se semana. En este espacio es posible encontrar además de objetos de diversos orígenes, vestuario, complementos y anteojos vintage a precios razonables, en percheros instalados a un costado de la vereda. También cabe destacar la presencia de jóvenes diseñadores independientes, que se instalan a exponer sus nacientes proyectos, como es el caso de Valeria quien se formó en el ámbito de las artes y hoy desarrolla su propuesta de indumentaria a través de Rdaf. Ella es quien realiza todo en su emprendimiento, desde el “componer” cada una de las piezas de vestuario hasta la gráfica. Sorprende el color que domina las formas, muy coherente con su propio revestimiento. Le pregunto si le gusta Mia, me responde que es su principal referente. Propuesta (naciente) redonda. Bien. Esa es la actitud.
