Luces tenues, un lugar alucinante y un ambiente distinguido. El escenario perfecto para que el director creativo de Burberry, Christopher Bailey, hiciera su última puesta en escena. Un show que no solo estaría lleno de colores en distintas texturas y siluetas, sino que también sería compuesto de la primera aparición del maniquí de la familia real danesa.
Mientras el público se sorprendía con los vibrantes tonos de la pasarela, apareció él. Vestía un abrigo tipo trench azul marino y una camisa en tonos envejecidos. Pocos fueron capaces de reconocer a Nikolai Fredrik, el príncipe de Dinamarca, el primer nieto de la reina Margrethe.
Su rostro no está en asociado a grandes marcas, ni a millones de followers en Instagram o a una exitosa carrera. Sino mas bien a la herencia de la cultura y raíces de Dinamarca, el país que hoy cierra sus calles en honor al príncipe Henrik, su abuelo, quien falleció el lunes recién pasado.
El joven estudiante de 18 años, fue la nueva figura masculina que Bailey eligió para finalizar sus casi dos décadas en Burberry y para transmitir el apoyo a una de las causas que más personas ha reunido en el último tiempo: La defensa de los derechos de los LGBTQ+.
Al parecer, el debut de Nikolai no fue un hecho azaroso, muy por el contrario. La actuación de la corona en un controversial desfile, viene a demostrar que incluso las familias más tradicionales del mundo están en contra de la discriminación a las minorías sexuales.