Comenzó como reportero en terreno, luego fue coanimador, y hoy es una de las cartas fuertes, y con mayor proyección, de la animación en Chile. Por estos días está ad portas de cumplir 16 años en televisión, pero también a un paso de seguir construyendo carrera en eso que tanto ama: la música.
Fotografía: Paz Vásquez
Maquillaje y pelo: Alexandra Cancino
Vestuario: H&M (Colección Studio)
Booking: Versus Management
Entró a la TV con la intención de jugar, pero lo que no sabía es que esas ganas de pasarlo bien, combinadas con trabajo duro lo harían estar a la cabeza de decenas de programas. Calle 7, Mentiras Verdaderas, La noche es nuestra, Viva la pipol, Yo Soy, y tantos otros han marcado la carrera de Jean Philippe Cretton. Proyectos exitosos, en los que además de lucirse, logró conquistar con su carisma, talento y sentido del humor a los espectadores chilenos, transformándose en lo que es hoy: una de las cartas fuertes, y con mayor proyección, de la animación en Chile.
Pero así como su amor por las comunicaciones lo tienen disfrutando de un presente cargado de proyectos, existe otro amor que lo tiene con ganas de más: la música. Y es que resulta imposible hablar de la vida del animador, sin incluir esta área, una que tal vez es menos conocida, o más íntima, pero en la que trabaja igual de fuerte, y en la que le gustaría, incluso, trabajar más.
Son sus pasiones, su historia, y sus aportes los que hacen de Jean Philippe Cretton, el protagonista perfecto de esta edición de RevisteLaCalle, donde el tema central es el amor, y donde el animador y compositor repasa junto a nosotros su carrera, y también, reflexiona sobre uno de sus grandes aportes a la TV y sociedad.
“Creo que he ido corriendo algunos cercos que antes no se permitían en la industria. Por ejemplo, ser un animador con pelo largo, tatuajes, barba y aros; no era algo que se haya visto, no estaba validado que alguien así hiciera un estelar o un programa de televisión”.
-¿Imaginaste que tu camino en la televisión sería así?
No imaginé para nada cómo ha sido todo mi recorrido en la televisión. Cuando llegué al casting de CQC, al principio, fui con la intención de jugar, de pasarlo bien, y terminé estando 2 años ahí. Luego quería vivir la experiencia de trabajar en un canal y no en una productora, por eso, cuando tuve la oportunidad, me fui a TVN, y de ahí en adelante me empezó a picar el bichito de progresar en mi trabajo y hacerlo cada vez mejor. Mucho de lo que ha pasado en mi carrera ha sido una gran y bonita sorpresa.
-No es ningún secreto que eres parte de programas que han sido (y que son) todo un éxito ¿Qué tan responsable te sientes de ello?
Aunque suene cliché, todo es responsabilidad de equipo, todos aportamos desde nuestros lugares. No sirve de mucho tener una buena animación sino hay un buen equipo.
Yo intento entregar algo más allá de leer la pauta y hacer lo que se dice, intento aportar con mis granitos de arena dentro del proceso. Pero insisto, para que un programa sea un éxito depende de muchos factores y el más importante es que el equipo sea afiatado y exista confianza.
-Actualmente te vemos en ‘Yo Soy’ y en ‘PH’, programas en los que cumples un rol muy diferente, y por lo mismo nos gustaría saber ¿Qué formato es el que te acomoda más o dónde sientes tú que la gente te ve más cómodo?…
Siempre me he sentido cómodo en el formato más íntimo, me gusta el formato de conversación honesta, de ahí que busco intentar recrear las conversaciones que tengo con mis amigos en un living, esas en las que pasamos por distintos matices.
Ahora, gracias a ‘Yo Soy’, he conocido la animación en todo su esplendor. Antes sentía que estaba más vinculado a la conducción y moderación. La animación me la ha ido entregando Yo Soy, que es una tremenda escuela y me ha resultado muy desafiante, y me ha gustado trabajar en ese escenario estelar, traje largo.
-Hace poco comentaste que te gustaría incursionar en el podcast o en YouTube ¿Concretamente qué te gustaría crear?
Estoy mirando con buenos ojos, y tal vez de manera tardía, estas nuevas plataformas. Creo que hay una forma de abordar contenidos distinta, que estoy estudiando. Por eso, no tengo tanta claridad de lo que quiero hacer, porque estoy descubriendo cómo hacerlo. Pero me parece entretenido hacer algo desde la música, desde la cultura pop; y sin duda es una meta a corto plazo.
-¿Tienes bocetos, escritos o pilotos creados para alguno de estos proyectos fuera de la televisión?
He trabajado líneas creativas o bocetos de programas que se puedan desarrollar, pero insisto, estoy en un proceso de análisis. Esto es una realidad, y gran parte del manejo de los contenidos va a girar en torno a estas nuevas plataformas, entonces estoy recién acercándome a eso. Siempre estuve con todas las energías en la TV, y ahora estoy haciendo lo mismo que hice hace unos años con la tele, analizar, en estas nuevas plataformas.
-En esta edición de RevisteLaCalle, la temática central es el amor, y sin duda uno de tus grandes amores es la música ¿Cómo vas con tu próximo álbum?
Sin duda la música es mi gran amor, y me cuesta porque siempre pongo este ejemplo de los platos chinos; cuando llegaban estos personajes a los estelares de TV en los 90 y tenían que hacer girar platos permanentemente… Y es que esto mismo me pasa con la música, con la televisión y con la publicidad, que cuando uno gira más rápido, el otro se me empieza a caer, y debo estar haciendo maniobras.
Ahora estoy en un proceso muy intenso en la tele y he tenido que frenarme en la música,
otras veces cuando la televisión me permite más espacios puedo componer más. Pero actualmente no es el panorama, y me complica un poco, porque los ánimos de trabajo son muy distintos: en lo televisivo es todo un trabajo externo, en cambio en la música es más introspectivo, y conectarme con mis emociones no se hace tan fácil terminando a las 20:00 horas un programa desde el cual sales con un ánimo eufórico.
Necesito procesos de desarrollos más largos, y cuando se abren ventanas de trabajo musical que me permiten estar con más tiempo, es cuando logro mayores resultados.
Por ahora sigo en el proceso de lanzar seis canciones que grabé durante diciembre, enero y febrero, y pronto se viene el estreno de la nueva. Ya después de eso pretendo entrar en una composición más descansada, es decir, no componer apurado o en los momentos libres, y dedicarme a la música que más me motiva y que representa lo que soy.
-Tu último tema lanzado es The Beginning, y con este regresas a la música apelando a nuevos sonidos e incursionando en el inglés ¿Es ese el camino que pretendes tomar?
The Beginning es una de esas 6 canciones y me dejó muy contento porque desde el punto de vista sonoro, logré al igual que las cebollas, sacarme capas. Uno trae ciertas capas que tiene que ver con las influencias que uno carga en la vida, entonces a veces es inevitable hacer algo que suene como ese estilo. En este trabajo siento que encontré un sonido puro que me representa, sin disfraces, sin maquetas, es como yo quiero sonar hoy.
El ingles lo hice por algo más experimental, desde que terminó mi grupo Rey Puesto, -que es donde más tuve carrera-, sentí que mi proyecto solista que es ‘Cretino’ debía cumplir la función de la experimentación. Desde los trabajos gráficos de arte, letra, música y hacer esto en inglés era finalmente eso, probar qué pasa, cómo suena mi música, en otro idioma.
-¿Has sentido que tu amor por la música se desgaste, a raíz de los comentarios de la gente que te encasillan o dan más créditos como rostro televisivo que como músico?
Ese tipo de comentarios más chaqueteros los recibí al principio, cuando la gente se enteró que hacía música. Después todos se fueron dando cuenta, que lo que hago musicalmente es honesto y sincero, y no busco acaparar cámaras o miradas.
El trabajo que hago es interno, con un estilo de música que no es comercial, que es de nicho. Pero yo partí con la música antes que con la televisión, tocando en bares, cargando amplificadores, ensayando en salas que se caían a pedazos, armando lazos con bandas del underground chileno, entonces me he ido validando no soy un aparecido.
He hecho la pega desde abajo, y con quienes me desenvuelvo en lo musical lo ven y lo valoran igual. No he recibido críticas como las del principio, por parte de la gente de la música. Así que jamás he desgastado mi amor. Sí me gustaría a veces que fuese más escuchada o tenga más repercusión, pero sé que al igual que en la tele hay muchos factores que influyen en eso, y parte de ello también es que es una música que como les contaba, es poco comercial.
-A propósito, y jugando un poco, ¿si tuvieses la oportunidad de llegar a Viña, ahora que vuelve el Festival, te haría más ilusión hacerlo como animador o músico?
Para ser brutalmente honesto Viña me parece entretenido, pero no es una meta en mi carrera. Si en algún momento saliera algo relacionado con Viña me encantaría afrontarlo, desde un lugar con respeto donde haría la pega lo mejor posible, pero no es un desafío o un objetivo en mi carrera. Y me gustaría hacerlo desde la función de animador, porque la música que yo hago no es música para levantar públicos de 15 mil personas. Además en lugares reducidos es donde más aprecian mi música, y es donde más me gusta y acomoda hacerlo.
-No podemos hacer una entrevista en VisteLaCalle sin hablar de moda/ estética. En cuanto a looks has transicionado desde un JP más desordenado/rockero, a uno mucho más formal ¿Esto ha sido un cambio orgánico, te lo han pedido, o tú lo has sentido necesario a partir de las nuevas etapas?
Para mí el tema del vestuario o la moda no es frívolo como dicen. Me pasa que la forma de vestir dice mucho de uno, y eso también viene de mi amor por la música. Cuando era adolescente, o más chico, yo sentía que los músicos se vestían de una manera, porque de esa manera también decían lo que querían plasmar socialmente, entonces yo empecé copiándoles a ellos, y de alguna forma empecé así a armar mi propio discurso.
Fue pasando el tiempo y he ido jugando: pelo largo, corto, barba, no barba, ternos de colores, ternos sobrios, y va dependiendo de lo que voy sintiendo. Además, al igual que con mi música, donde me gusta experimentar, también me gusta hacerlo con la ropa.
Hoy me pasa que siento que estoy en una etapa más piola, y prefiero llamar la atención por mi trabajo, más que por cómo me visto, por eso he tendido a ser algo más minimalista.
-Sin duda no le tienes miedo a los cambios y te gusta experimentar, y si de apuestas arriesgadas se trata cómo olvidar el terno dorado con cristales Swarovski de la Gala de Viña ¿Sientes que ese look marcó un antes y un después en tu estilo? Te lo preguntamos porque después de un look así, la gente siempre quiere ver más.
El famoso traje dorado. Sí me gusto mucho eso y por muchos motivos. Primero, poder trabajar con un diseñador chileno independiente y emergente. Dos, porque hasta el día de la gala yo no sabía cómo era el traje, de hecho me probé el traje el día de la gala y después del almuerzo.
En esa época, desde el diseño y vestuario, yo buscaba romper esquemas, y se logró. De ahí que más allá que como un antes o después, creo que he ido corriendo derribando algunos cercos, y haciendo cosas que antes no se permitían. Por ejemplo, ser un animador con pelo largo, tatuajes, barba y aros. No era algo que se había visto, y prácticamente no se permitía o no se validaba que alguien así tuviera un estelar o un programa de conversación, y todo esto ha ido corriendo el cerco.
La Gala de Viña también era un momento donde los hombres se visten de esmoquin negro y camisa blanca. Entonces salir con el traje dorado, lleno de cristales del diseñador Vedran Skorin, fue decir que los hombres podemos hacer lo que queramos y nos podemos vestir de una manera distinta, y no pasa nada terrible.
Me gusta la sensación de que a través de nuestras pegas podamos colaborar humildemente a otros aspectos de la sociedad, y creo que más allá de mi trabajo en términos de contenido, de lo que he hecho bien he hecho mal, si lo miramos de un aspecto estético he ido corriendo algunos cercos y aportando con cambios que son positivos.