Sin querer, Daniela Vega ya hizo historia. En su debut en el cine, se transformó en la primera persona transgénero en protagonizar una cinta de alto nivel en Chile, de la mano del director Sebastián Lelio (“Gloria”) y la productora Fábula, de Pablo y Juan de Dios Larraín. Pero además, en el debut de la película en el Festival de Cine de Berlín, consiguió aclamación unánime, una que la llevó incluso por varios medios a transformarse en una de las favoritas del certamen, que le dio a “Una mujer fantástica” el Teddy Award y el Oso de Plata a Mejor Guión. Cantante y ahora actriz, Daniela es una artista completa que además encanta con su personalidad y cercanía, una que la tiene viviendo este importante momento en completa humildad. “No creo que muchos sigan mi carrera, no soy Madonna“, señala, mientras esperamos el estreno de la película programado para el 06 de abril en nuestro país.
¿De qué manera se desarrolló mientras crecías esa dualidad en la estética, eso de llevar lo que te impone la sociedad versus lo que tú querías usar?
Empecé a vestirme glam rock, en la onda gótica así como andrógina, lo cual me parecía muy cómodo en ese momento y en esa época. La androginia estaba muy de moda entonces, era muy fácil para mi pasar de un lugar a otro de manera desapercibida. La ropa, más que un problema era un anhelo, porque al no tener las herramientas en ese momento para acceder al lenguaje femenino desde la indumentaria, no me aproblemaba. Creo que no fue traumática; logré conquistar ese lugar de manera natural, a mi ritmo y siempre tratando de estar lo menos ansiosa posible.
Entonces al pasar por la adolescencia, con esa etapa que todos vivimos llena de cuestionamientos, ¿no fue difícil para ti dar con un estilo determinado?
No se si fue fácil o difícil exactamente, porque mi personalidad la estaba construyendo y la indumentaria era un juego, siempre lo ha sido. Lo más importante de vestirse es entender que uno juega con eso, además de ser un puente comunicante hacia el exterior. No lo es todo en el día para mi, pero siempre es algo muy entretenido y no estresante.
En una entrevista señalaste que cuando decidiste convertirte en Daniela, no existían fundaciones ni apoyo como hoy para personas trans. En esos momentos, ¿tenías referentes, iconos o experiencias en las cuales apoyarte?
Más que nada, iconos pop. Bowie, Molko, Grace Jones, Annie Lennox; ellos me sirvieron también para entender el desdoblamiento del género, desde la ropa y la estética. No había nada en esa época, así que sencillamente uno debía crear aquello que quería usar, o rebuscártelas para poder entender también a aprender a comunicarte estéticamente. Yo lo pasé muy bien en la transición; fui a un solo colegio donde tuve problemas, pero ni antes ni después los tuve. De pronto a la prensa le puede parecer más entretenido hablar de eso, pero fueron solo dos años de mala onda, dos años de trece que llevo como mujer trans y en verdad, no es algo que me quita el sueño; me sirvió y me fortalecí. Volviendo al tema, mis referentes iban por el glam rock, gothic rock y todo lo que significara disolver los límites del género.
¿Cómo ha sido trabajar con Ana López, quien te ha ayudado en el vestuario que mostraste por ejemplo, en la Berlinale?
Fue una cosa de lo más entretenido que hay. Me lo tomo en serio en el sentido que me gusta que todo se vea bien, que funcione y que sea de calidad, que la tela caiga linda y que haya trabajo detrás de lo que uno se pone. La Anita es una mujer increíblemente talentosa, increíblemente simpática, increíblemente elegante y esa elegancia es la que a la hora de decidir qué diseños pondremos sobre mi cuerpo, se torna de lo más entretenida. Lo que me seduce de ella es lo que me hace confiar en ella y es lo que me hace también delegarle gran parte de lo que llevo puesto. Trabajamos con otras personas pero Anita está a la cabeza del look junto conmigo; ella propone y la decisión final siempre la tomo yo. Por mucho que hayan 45 voces diciéndome que no, yo voy a decir que sí y si digo que sí, es sí, porque finalmente la que lleva la ropa soy yo. Y esa autonomía que tenemos ella como diseñadora y yo como quien lleva su ropa, esa simbiosis artística produce un resultado positivo siempre. Anita ES una mujer fantástica.
Hablando de “Una mujer fantástica”, cuéntanos acerca de tu personaje, el que veremos pronto en el cine, desde una perspectiva estética también.
Marina es una chica que busca verse bien y estar cómoda, lo cual es un desafío, porque también mientras más incómodo, más bonito. Ella logra tener un look citadino, tradicional/moderno. Usa denim, vestidos, carteras de cuero café y zapatos iguales a la cartera, un trench camel cuando tiene frío. No teme a explorar lugares masculinos tampoco; no puedo contar mucho para no dar spoilers, pero no tiene problemas en jugar con ese lugar porque es un lugar conquistado para Marina y también para mi. No es que ella se vista de hombre, pero hay ciertos guiños a looks en plan Yves Saint Laurent, los cuales no le molestan para nada, así como tampoco llevar un lindo vestido color mostaza, de gasa. Tiene una cosa clásica porque ella –yo también lo hago en la vida real y creo que se lo traspasé a mi personaje-, corta la figura en dos con un cinto siempre.
Luego de tu paso por el Festival de Berlín y la fama que ha traído consigo anticipando lo que será la película, ¿has conocido a otros actores transexuales o te han escrito, se te han acercado otros artistas transgénero?
En el mundo hay pocas personas transexuales, que son artistas y reconocidas como tal. Entre ellos estamos nosotros luchando, pero en Chile no hay; si existiera alguien transexual haciendo algo, lo sabría y lo conoceríamos o la conoceríamos. No hay más; por eso estoy ahí yo haciéndolo todo. Ahora, digo esto con humildad y respeto porque me encantaría que saliera al camino alguien más. El día que aparezca una actriz transexual chilena que se dedique a hacer cosas estaré muy feliz; no me gustaría tener el monopolio de la actuación y el canto trans en Chile. En el mundo soy una de las pocas, pero creo que eso va a cambiar. En Estados Unidos y Europa están Laverne Cox, Jamie Clayton entre quienes son consideradas buenas actrices. De las cantantes están Nomi Ruiz, una chica que hace pop, Andreja Pejic, Carmen Carrera. En el mundo de la moda hay más; de pronto hay una chica trans chilena que está en este momento cultivando una carrera en silencio. Conozco un par de chicas que estaban interesadas en eso, pero en el arte, cine, música y teatro, no.
Hablando de eso, ¿qué le dirías tú a quienes están pensando en dar el paso para consolidarse como transgénero, pero temen a ser discriminados o directamente, violentados como hemos visto en las noticias?
Esa es una pregunta política y ante eso, diría que hay que consolidar la Ley de Identidad de Género que está durmiendo en este momento en el Congreso. Me gustaría decirle a la gente trans que podría seguir mi carrera, que cuando uno se propone las cosas, a pesar de no existir herramientas políticas en un país como éste, se puede. Necesitas tener muchas ganas de trabajar, conocer un poco el lugar donde te quieres meter y tener un poco de suerte. Pero yo no soy un referente para nada; no me siento un referente, ni quiero serlo. Soy una persona completamente normal, tengo las inquietudes, problemas y anhelos de cualquiera. Vivo una vida relativamente normal en el cotidiano de mi casa; claramente el tener ciertos toques de fama o salir del país y caminar por alfombras rojas, puede ser fuera de lo común. Hay hitos en el año en que eso ocurre pero no todo el tiempo. Quiero decirle a las personas que puedan interesarse –no creo que muchos lo hagan, no soy Madonna-, que si le sirve a alguna persona trans lo que yo estoy haciendo para continuar, pucha feliz. Es parte de lo que yo veo como un resultado artístico, también. Más allá de eso, trabajo como artista para pertenecerle al tiempo y desde el tiempo, poder contar la historia.
¿Qué podemos esperar para tus próximos proyectos?
Estoy trabajando en mi primer personaje no transexual en el cine, Pamela, quien es una abogada que trabaja en un bufete. Es una historia muy entretenida en plano secuencia, que está a cargo de los directores Gopal y Visnu Ibarra, los creadores de “Víctor sin Víctor Jara”, de “Numancia” y otras obras. Son muy exitosos en el teatro, muestran obras en el GAM y las llevan a poblaciones, es algo muy lindo lo que hacen y me han convocado para co protagonizar este largometraje. También estoy ensayando con la compañía a la cual pertenezco, Checoslovaquia, remontando nuestro tremendo éxito llamado “Migrante”, una obra muy entretenida con la que hemos tenido dos temporadas ya en el GAM. Además, preparando el estreno de “Una mujer fantástica”, lo que significa viajes y además elegir ropa y también preparo un viaje a Cuba que haré en mayo, a propósito de la Décima Jornada Contra la Homofobia y la Transfobia en La Habana, donde iré a cantar unas arias de ópera y participaré en un foro de género.
Por último, cuéntanos qué canción, qué película y qué icono te inspiran.
Me inspiran muchas canciones, soy cantante y no tengo una sola, pero puedo decirte que cualquiera de Rocío Jurado. Qué ícono, Rocío Jurado y película, cualquiera de Almodóvar y ya está.
Fotos: Fábula, prensa.
