El look andrógino o femenino/masculino era representado durante años por Marlene Dietrich, a través de trajes sastre y sombreros de copa. En los ’80, Diane Keaton como Annie Hall continuó esa labor llevando corbatas y ternos, pero a partir de los ’70, Tina Chow demostró que lo andrógino puede ir también por otro lado. La diseñadora de joyas se transformó en icono al demostrar que el cabello bien corto hacia el lado, un maquillaje marcado y un traje Kenzo o un vestido Balenciaga, podían combinar con un look ambiguo sin problemas.
En una época en la que el lujo abundaba y el estilo también, varios artistas cruzaron camino con la moda. El Art Decó era esencial en el momento como parte de una estética, las fiestas de alta sociedad iban y venían y nombres como el de Tamara de Lempicka simbolizaban lujo y arte, una mezcla que hasta el día de hoy resuena entre cantantes, actores y amantes de la pintura.
It’s not the same but It’s the same: Valentine
Durante el debut de Maria Grazia Chiuri en Dior, varios detalles se asomaron en el estilo: entre tul y transparencia, romance y strapless, también habían bordados que encarnaban clásicos como el corazón situado a la izquierda en un modelo color blanco. Pero si hablamos de corazones en propuestas de vestuario –además de aquellos repetidos por Miuccia, Schiaparelli y Agatha Ruiz
Flashback: Whitney Houston y su affair con Dolce & Gabbana
El año pasado, varios ítems populares de la cantante Whitney Houston fueron llevados a una subasta alcanzando un récord en ventas. Desde las zapatillas autografiadas que le dio su amigo Michael Jordan hasta múltiples premios recibidos por sus canciones, varios fueron los ítems que sus admiradores se apresuraron a adquirir. Sin embargo, entre el lote ofrecido, se encontraba una especial colección que nos trasladó directamente a la década del 2000: la ropa que la dupla Dolce & Gabbana le confeccionó para sus giras más famosas.
Se ha mantenido activo durante varias décadas en la fotografía, pero los años ’80 representan su punto cúlmine gracias a un estilo que definitivamente se convirtió en su sello. Jean-Daniel Lorieux ha retratado a Françoise Hardy, las prendas de André Courrèges y otros hitos de la moda, pero gracias a paisajes playeros, bañadores retro y mucho culto al cuerpo en colores, dejó un hito a través de la fotografía que refleja exclusivamente el fervor del verano y las vacaciones.