Se transformó en una de las mejores cantantes del mundo en un corto periodo de tiempo, pero sus excesos la llevaron a la muerte. El 23 de julio del 2011, a los 27 años, la inglesa Amy Winehouse fue encontrada muerta en su departamento en Londres y desde ese momento, el mundo añora el talento que se fue y que a coronó además como una de las más grandes voces femeninas de todos los tiempos. Una estatua en su honor se erigió en Camden y ahora, el Jewish Museum en Inglaterra mantiene una exposición que celebra su vida llamada “Amy Winehouse: A Family Portrait”.
Abierta hasta el 21 de noviembre de este año, la expo se centra en mostrar aquellos detalles casi desconocidos por muchos, acompañados de pertenencias seleccionadas por la familia de Winehouse, específicamente su hermano y cuñada. Se pueden ver fotografías con la cantante durante los inicios de su carrera, revistas e instrumentos que formaron parte de sus objetos más queridos pero además, trajes y looks que se mantuvieron como parte fuerte de su reconocible estética, desplegados en las vitrinas del museo. Además, se pueden apreciar los gustos musicales de la inglesa a través de su querida colección de CDs y vinilos; allí se muestran exponentes de géneros pop, rock y especialmente jazz/soul, sus favoritos.
El árbol familiar de Amy, momentos con sus más queridos y una visión general mucho más cercana que cualquier leyenda que rodeara su vida, es lo que se intenta transmitir a través de este espacio. La familia de Winehouse planeó abrir esta muestra luego del estreno del documental “Amy”, el cual carece del apoyo de sus seres queridos porque en palabras de su hermano Alex: “perdió la oportunidad de celebrar la vida de la cantante”. Así y todo, entre el documental y la exhibición, la memoria de Amy Winehouse parece estar más presente que nunca en la cultura popular.
Fotos: Jewish Museum.