Céline, Gucci o Hermès son solo algunas de las marcas más lujosas del mercado de la moda. Reconocidas en todo el mundo, por quienes compran o no cualquiera de sus artículos, se han convertido en nuevos ídolos que adorar por las masas. Sin embargo, el diseñador Brian Lichtenberg juega con esa popularidad cambiando el nombre y variando letras para su colección de ropa urbana.
M.I.A., Kesha, Cassie y el propio Lichtenberg han llevado las camisetas y sweaters con logos variados, desde Givenchy hasta YSL. Hasta Chanel no se ha salvado de estos juegos de palabras, donde el nombre de la casa francesa es reemplazado por Brianel, Céline se lee Féline, o Hermès como Homies.
El diseñador, quien también confecciona galácticos vestidos que han sido llevados por Lady Gaga y Rosie Huntington-Whiteley, lleva la creación de nuevos logos a partir de un discurso ya establecido a otros niveles, ganando adeptos y un status de culto casi instantáneo. Lichtenberg comenzó a diseñar inspirado por el vestuario que Hussein Chalayan le confeccionó a Björk a fines de los ’90, y uno de sus primeros trabajos fue vestir a Gwen Stefani en No Doubt en el 2000. Pero hoy, brilla con luz propia gracias a sus prendas, vendidas en una tienda online entre U$60 hasta U$90 dólares.