En 1999, la primera colección de Tom Ford para Yves Saint Laurent ya veía la luz, y lo hacía con hitos propios. No solo era el debut de quien reviviera a Gucci en la casa del francés luego del paso de Alber Elbaz, sino también todos esperaban algo impactante y sensual para la misma icónica casa de moda. El resultado: una elegante pero sencilla colección que destacó por la riqueza de sus cortes, aunque también por una llamativa y artística campaña publicitaria a cargo del fotógrafo Mario Sorrenti.
El ex de Kate Moss decidió junto a Ford, tornar la promoción de la colección en una oportunidad para fusionarla con el arte, algo que tanto le gustaba a Yves Saint Laurent. Sin embargo, como siempre la provocación estaba presente, y las más de 10 imágenes parecían venir directamente de pinturas renacentistas, y muchas recreaban fielmente algunas obras famosas. Noot Seear tenía solo 16 años cuando interpretó a la Mona Lisa de Da Vinci de una de las fotografías, mientras en otra Kate Moss reinterpretaba el famoso retrato de Gabrielle d’Estreés y su hermana de 1594, junto al modelo Scott Barnhill.
Otras referencias incluyeron una oda a la versión de Rubens de “Las Tres Gracias”, y otras obras de Tiziano Vecelli o propias de la época. La campaña es hasta hoy admirada como una de las grandes dentro de la moda, ya que además de mantener el escenario lo más cercano posible a las distintas obras nombradas, mezcla de manera perfecta la estética YSL que le imprimió Ford a la época, antes que dejara la casa el 2004. Sin embargo, fue la fotografía de Sorrenti imitando el picnic de Manet la que más sobresalió, con una Kate Moss llevando traje sastre de líneas.