Con sólo 26 años se proclamó ganadora del premio LVMH a Mejor Diseñadora Joven el año pasado y en esa oportunidad el jurado estuvo compuesto por Nicolas Ghesquière, Jonathan Anderson y Karl Lagerfeld. En el 2017, Marine Serre era conocida por sus prendas de inspiración deportiva con motivos islámicos, mientras combinaba su propia firma con un trabajo como diseñadora en el equipo de Balenciaga en París.
Antes de cumplir 25 años, la diseñadora fue alumna de La Cambre Mode[s] de Bruselas, pasó un año bajo el ala de LVMH y se formó en los talleres de Alexander McQueen, Margiela y Dior. En febrero presentó su primer desfile en solitario, en la primera fila estaba Adrian Joffe, gurú de Dover Street Market y mitad de Rei Kawakubo en Comme des Garçons y la artista Michèle Lamy, esposa de Rick Owens.
Su última colección mezcla chaquetas vaqueras con corsés, y en las prendas, algunas recicladas, se podía observar el estampado de luna creciente que ha caracterizado los diseños de Serre. Y es que Marine triunfa con su visión poco común; por un lado rechaza el ideal del diseñador romántico apartado de las demandas comerciales, pero su vanguardismo no es precisamente fácil para el público.
Son por estas razones que Karl Lagerfeld confesó ser fan de Marine Serre, En una reciente conversación con Numéro, el periodista le pide que liste por orden de preferencia a tres creadores: Simon Porte Jacquemus, Virgil Abloh y Jonathan Anderson, pero Lagerfeld decide esquivar la pregunta y responde directamente: “Los diseñadores que prefiero, no en orden, son Marine Serre, con un 1,50m de estatura pero una voluntad de acero”.
