En París durante los años ’20, algunas mujeres huyeron de sus casas y de la convención burguesa para perseguir la vida bohemia. Muchas de estas mujeres comenzaron una tendencia que sigue latente el día de hoy: ellas cortaban dos vestidos a lo largo, dividían el resultado en cuatro secciones, reorganizaban los paneles y luego los unían, transformando dos vestidos en una nueva creación.
Este experimento de vestido volvió a aparecer en las pasarelas de la temporada Fall-Winter 2018-19, siendo un híbrido mucho más estiloso que el de los años ’20. Vogue denominó esta tendencia como los vestidos Frankenstein, nacidos del impulso de cortar y combinar, como la famosa leyenda de la literatura.
Chitose Abe de Sacai es reconocida como la autora del vestido contemporáneo de Frankenstein, que irrumpió en la escena en 1999 con colecciones que combinaban materiales poco ortodoxos, no solo cuero y encaje, sino también tweed pesado y tul de cuento de hadas. En la colección Fall 2015 de Vetements, que se celebró en el sótano de Le Depot, un club gay en París, las modelos lucían vestidos que eran florales en la parte delantera y sudaderas en la parte de atrás.
Pero esta temporada este híbrido volvió a renacer, en Milán la firma Marni veneraba el espíritu del París bohemio con abrigos cortados verticalmente, con colores vibrantes por un lado y tweed sobrio por el otro. (Llamó a la colección Tecnoprimitivismo y explicó que la ropa estaba inspirada por la tensión incómoda entre la tecnología y los anhelos del alma.) Junya Watanabe ofreció delicados calcetines sobre gruesos suéteres escandinavos fusionados con pantalones de chándal en la espalda.
Fotos: Vogue