Alessandro Michele impactó con su pasarela de Gucci llena de fantasía, un cuento de hadas lleno de opulencias que caracterizan al diseñador. Su colección otoño/invierno 2018 deslumbró a la industria de la moda y al mundo con modelos que desfilaron con efectos especiales en la pasarela. No sólo la estética del lugar del desfile llamó la atención sino que también las cabezas, serpientes y dragones. Los encargados de realizar esta propuestas fueron Makinarium, una empresa que desarrolla técnicas de efectos especiales y visuales para películas, series y últimamente la pasarela de Gucci.
El look del modelo Dwight Hoogendijk se volvió viral gracias a su accesorio que consiste en una réplica de su propia cabeza, no solo fue él quien llevó este particular accesorio. Asimismo, se desplegaron otro tipo de objetos como pequeños dragones y camaleones.
La colección toma forma convirtiéndose en un genuino Manifiesto de Cyborg (D. J. Haraway), en el cual el híbrido es alabado metafóricamente como una figura que puede superar el dualismo y la dicotomía de la identidad. El Cyborg, de hecho, es una criatura paradójica que mantiene unida naturaleza y cultura, masculina y femenina, normal y ajena, psique y materia. Conflicto con cualquier cuadrícula de categoría, el Cyborg es la expresión que combina diferentes identidades en evolución. Identidades híbridas y cambiantes, construidas sobre múltiples pertenencias, que transgreden la disciplina normativa, así lo explican Design Scene.
Es por esto que Gucci Cyborg es post-humano: tiene ojos en sus manos, cuernos de fauno, cachorros de dragón y cabezas que se doblan. Es una criatura biológicamente indefinida y culturalmente consciente.
Fotos: Design Scene