Foto: Daniel Hermosilla.
Más allá de la moda, nos topamos con talentos que destacan por su trabajo y la estética en la que se desenvuelven. Camila Veal ha trabajado como maquilladora no solo en editoriales, sino también en el teatro: es una de las que está a cargo de caracterizar a los personajes en las óperas del Teatro Municipal de Santiago y en obras del Café de las Artes. Con ella hablamos acerca de transformaciones, inicios y también, un poco sobre el futuro, siempre con la pasión que la caracteriza a través de su trabajo.
-¿Cómo empezaste a trabajar en maquillaje y que es lo que más te llama la atención de tu oficio, eso que hace que sigas trabajando en ello?
Todo comenzó cuando maquillé a mi tía fallecida; experimenté una sensación de tener el conocimiento sin haberlo estudiado. La creación del personaje es lo que más me llama la atención. Esto cumple un rol principal para la visualización del espectador, es lo que deseo mostrar. Desde una gran caracterización a una simpleza visual.
Aun sin estudios, participé en un cortometraje y me di cuenta que tenía la facilidad de entender, crear y aplicar. Armé una carpeta manual y desglosé a cada personaje, lo presenté y quedó.
– ¿De qué manera te relacionaste con el Teatro Municipal de Santiago como maquilladora? ¿Cuáles han sido tus hitos en estos momentos?
En algún momento, una amiga me comenta y comencé. Hasta ahora llevo cuatro óperas en mis pinceles. Desde que inicié en el teatro ha sido una gran escuela, donde cada vez que voy me alimento de conocimiento, rapidez, creaciones, tips, alegrías, compañerismo…
-Si hablamos del proceso y tu trabajo en el Teatro, ¿Cuáles son los pasos que sigues para idear el maquillaje de una obra/ espectáculo?
La concentración y llevar los pinceles.
Llegando al teatro comienzo con la preparación de la mesa, delantal, manos limpias. Luego es la llegada de los personajes, quienes se sientan y empezamos con el tango.
-Si hablamos de editoriales de moda, ¿cómo crees que estas se han desarrollado en nuestro país? ¿Sientes que hay libertad artística para trabajar y herramientas para dar con las bajadas?
Vi un proceso algo estancado al comienzo de trabajar en editoriales de moda en nuestro país; veía siempre imágenes que se asemejaban, con un trasfondo algo borroso. Con el tiempo he visto cambios positivos y siento que se está jugando y proponiendo una libertad artística congruente, abriendo espacios y mentes.
Creo que hay una falta de herramientas materiales más que artística para generar un resultado dispar.
–¿Como es tu trabajo en el Café de las Artes? ¿Con que tipo de personalidades trabajas en ese entorno?
Trabajé con Paloma Cruchaga, directora de Maquillaje y Pelucas y Fran Ticceli. Juntas caracterizábamos a tres hombres que hacían el papel de la madrastra, las dos hermanastras, junto al príncipe y cenicienta. Debíamos utilizar bastante material en las caras de los tres hombres, y luego poner la peluca y afirmarla al extremo. ¡Se tiraban al suelo!
Sus caracterizaciones dramáticas y notorias requerían bastante dedicación y teatralidad. Me encantaba llegar al teatro, saludar al equipo que trabaja a la par, para dar un show de calidad y comenzar a menear los pinceles, a la vez escuchar historias fabulosas, reírme hasta que duela como hacer abdominales. Con el equipo generamos un ambiente muy cómodo y de piel.
-Si hablamos de referentes y nombres nacionales, ¿Quiénes estarían en tu lista y por qué?
La escultura es parte de lo que me encanta admirar. Las obras de Rebeca Matte tienen una vírgula dramática. La pintora hiperrealista María Inés Carod. Les dejo algo de Aldo Francia, pionero de cine moderno en Chile.
Porque en cada uno de ellos hay una parte abstracta que me hace un intrínseco inventar.
-¿En que trabajo tuviste que idear el efecto especial mas demandante de todos? Cuéntanos sobre alguna experiencia que aun recuerdes.
Tuve que realizar un envejecimiento para cine, lo más posible en HD y real, junto a una amiga. Fue intenso, duró horas. Tratamos de generar una conexión cómoda con el actor y a la vez detallarnos con el material que debíamos utilizar encima de su piel.
Nuestros descansos eran tomar agua y estirar todo nuestro cuerpo, lo que duraba 1 minuto. Después debíamos vigilar el proceso del material en la piel, que no se vieran los bordes, que no se vea el producto. Es mantener el trabajo como si recién lo terminaste. Finalizamos, con una presión un poco más relajada, retiramos el material de una forma delicada para que no sea sufrimiento, si no un cariñito.
-En tu caso tuviste estudios formales, pero ¿qué te parece el estilo autodidacta en el maquillaje?
Empecé como autodidacta y es una forma muy válida para conocer las ramas de este oficio. La búsqueda me llevé a querer saber y aprender aun más. El conocimiento de ocupar correcta o incorrectamente el material, es fundamental para la finalización de un proyecto de maquillaje.
-Dinos una canción, un icono y películas que te inspiren.
¡88.5 radio Concierto! Björk; al escuchar su música es una vibración extasiada constante.
Mi icono es Salvador Dalí por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Películas que me inspiran: me encanta la propuesta general de la película “Hanna” del director Joe Wright, “El Gran Pez” del director Tim Burton, “El Laberinto del Fauno” donde el maquillaje de David Marti y Montse Ribé supieron plasmar a la perfección lo que el director deseaba transmitir.
Gareth Pugh diseñador, es el arte creativo lo que me interesa en sus proyectos. Conjuga una propuesta visual que es merecedor de ver. Sonia Rikyel que popularizó el movimiento “Prêt à Porter, que significa “listo para llevar”. A Cristobal Balenciaga lo admiro y me enamora su fina confección, lo usaría siempre.
Y los cineastas Alfred Hitchock, Stanley Kubrick o Roman Polanski.