Con un vestido sin mangas y abrigo rosa Chanel, junto con unas sandalias nude de Manolo Blahnik, un collar de piedras preciosas, anteojos de sol y su clásico corte bob de que lleva hace décadas. Así entró, este viernes 5 de mayo, Anna Witour al Palacio Buckingham de Londres para llevar a cabo una de las citas más especiales para un inglés, reunirse con la reina Isabel II, y ser condecorada “Por sus servicios a la moda y al periodismo”.
En la ceremonia, la directora de Vogue decidió quitarse sus anteojos negros para recibir el broche de la corona inglesa mientras era nombrada dama del imperio británico por la reina Isabel. Un titulo más que se suma a la gran carrera de la periodista, quien ya tiene un museo con su nombre, Centro del Traje Anna Wintour, además un puesto hecho únicamente para ella, el de Directora artística de todo el grupo editorial Condé Nast desde el 2013.
Lo anterior, no solo nos habla del gran currículum que tiene la británica de 67 años, sino que también demuestra su inteligencia, audacia y poder que tiene en el mundo de la moda, pues sus decisiones editoriales repercuten en todo el mundo, sobretodo por ser una de las personas más importantes de Vogue, la revista que lleva 125 años en el mercado.
“La reina no podía encontrar dónde poner el broche en mi ropa”, contó mientras se encontraba junto a su hija, Bee Schuffer, en el palacio inglés. Son pocas las personas en el mundo que pueden contar una anécdota como esta, tal vez solo Anna Wintour, una de las voces más influyentes de la industria que de seguro seguirá estando llena de reconocimientos de las distintas areas en la que trasciende su trabajo.