Hoy por hoy, los zapatos han dejado de ser un objeto funcional, sino que por el contrario, se ha elevado, alcanzando una belleza artística y un canal de creación que no tiene fin.
El artista, escultor y diseñador argentino Pablo Reinoso, ha convertido a los zapatos en una bella excusa, para crear arte. Actualmente Reinoso está radicado en Paris, desde donde ha explorado tanto las formas como el movimiento que sigue la madera en el mobiliario clásico. Es justamente en este punto de observación, donde los tacones se entrecruzan con la madera, creando un calzado de formas escultóricas.
La base de esta unión, es la decoración mobiliaria que direcciona y guía estos tacones que se tuercen o recrean las típicas mallas de las mecedoras, adaptando fibras vegetales, a este calzado enaltecido por estas uniones. Resulta interesante como se une la metáfora del crecimiento y la extensión, tanto de los materiales, como el de la propia significación de las cosas. En el cual se deja en claro, que tanto la función como la forma, son dos cosas que no tienen porque ser evidentes.