“La Moda pasa de Moda” es la cita (de Rudi Gemreich) que mejor personifica a Michelle Harper. Su estilo no se ve influenciado por las tendencias actuales, sino que por su amor por todo lo vintage y lo excepcionalmente único. Si aún no conoces a Michelle Harper, quizás prefieras no hacerlo; su clóset es completamente envidiable.
Michelle es invitada a todos los desfiles de los grandes diseñadores, es la musa inspiradora de algunos cuántos de ellos y tiene un gusto increíble a la hora de vestirse de forma diferente. Seguramente su rostro te es conocido, y es que se ha convertido en un ícono de la moda del último tiempo. Harper nació en Colombia, se mudó a Suiza y luego entró a estudiar Historia del Arte en NYU. Su conocimiento acerca de las Bellas Artes siempre le fue útil para relacionar la moda con algo más.
Desde su más remota infancia, Michelle le tomó el gusto a los accesorios y al vestuario, pasando sus días metida en el armario de su abuela. Su abuela representa su referente máximo de la moda, ya que tuvo la suerte y el lujo desde joven, de comprar en las mejores casas de Alta Costura de París y Nueva York, y con su estrilo clásico y elegante, introdujo a la pequeña Michelle en el mundo de la moda entre vestidos de fiesta, joyas y pelucas.
Michelle explica de dónde saca sus característicos atuendos retro; “tengo diferentes personas en diferentes partes del mundo que están a la caza de objetos vintage para mi, como “buscadores del tesoro”, todo el tiempo. A algunos de ellos les pido que busquen sombreros o piezas de McQueen, otros encuentran vestidos tipo Charleston. Escojo y elijo y luego mando de vuelta lo que no quiero. ¡¿La suerte que tengo, no?!”
Creo que su clóset dejaría a más de alguna muerta de envidia. Con un armario que ocupa toda una pared de su living, de muro a muro, desde el suelo hasta el techo, Michelle reúne sus prendas más preciadas, las que no duda en lucir a cada evento social al que asiste.
Con tanta ropa, es necesario organizarse y es por eso que esta amante de los años 20′ y 60′ tiene todo su clóset organizado por categorías, por familia de producto, por prendas que se lavan en seco/a mano/lavadora, ¡y por temporada!
Entre sus colecciones más preciadas están los lentes, los tocados y la lencería vintage. Cuando habla de su amor por las cosas del pasado, explica que se da también porque hoy en día los diseñadores no se atreven a crear cosas entretenidas y excitantes. La moda se rige actualmente por la comerciabilidad de sus prendas, si no se vende, no sirve, y es por eso que Michelle atesora piezas que no se comparan en cuanto a los delicados materiales y al trabajo a mano que posee cada una de ellas.
Balenciaga es su diseñador favorito, por ser un visionario, un escultor de telas y del glamour. Michelle se identifica con sus trabajos, ya que logra una transformación del cuerpo femenino creando nuevas siluetas, algo que si bien no resulta nada cómodo, rompe estructuras llevando la moda un poco más lejos.
“En esencia, la moda actual se transforma en algo obsoleto, y ese pasado se transforma en lo que conocemos como vintage. La moda del momento (algo aspiracional) está continuamente quedando en el pasado (lo cual es una completa contradicción). No existe un momento real, solo un mar de momentos, un mar de moda vintage que nos encanta. Y su valor, para mí nunca muere. Así que dejen que la Moda pase de Moda…y amen lo vintage”. Michelle Harper