Luego de este ciclo de artículos sobre los años 50’s, es propio hacer un balance de lo que implicó esta década en la Historia del Vestuario:
Dior comenzó inaugurando con su colección “New Look”, donde para confeccionar un vestido se requerían muchos metros de tela, este hecho fue el indicador de que la guerra había terminado. Las líneas de esta colección determinaron las bases de la silueta femenina y el rumbo del diseño vestuario en el decenio, las cuales estaban cargadas de extrema elegancia a través de hombros redondeados, cintura pequeña, busto realzado, falda larga, sombrero, zapatos altos y guantes, el cual fue difundido sobre todo, por actrices de cine de la época.
Cristóbal Balenciaga también funda el modo de la década, a través de sus técnicas de confección, su búsqueda constante de la perfección en cada uno de sus cortes y de su propuesta tremendamente creativa y propositiva, basada en una fina combinación cromática y la tridimensionalidad del vestido, que dejaba un espacio entre cuerpo y el textil. Su traje de cuello redondo y el vestido suelto sin cinturón de suave entalle, fueron otros hitos referenciales de la década.
En 1954 regresa al hacer Coco Chanel, quien había dejado de trabajar en la Segunda Guerra, con una versión mejorada de su traje de dos piezas lanzado en la década del 20. Este tuvo una extraordinaria aceptación, debido a la comodidad que ofrecía a través su estructura simple, pero tremendamente funcional. La aceptación fue mundial y así, se convirtió en el gran ícono del estilo moderno del S. XX y la base de lo que sería posteriormente el “pret-à-porter”.
La alta costura tradicional retoma fuerza, ya que se volvió a apreciar su valor, a través del hacer de, entre otros, Jacques Fath y Saint Laurent al final de la década y la ciudad de París vuelve a posicionarse como capital del imperio de la moda, donde compradores y periodistas de todo el mundo se reunían dos veces al año para recibir las nuevas propuestas. La infraestructura económica del país resultó además muy beneficiada por el establecimiento del negocio de las licencias para aprobar el “copyright” de vestuario de marca, lo que inauguró aquella tendencia de comprar y portar ropa de ciertos nombres, presente con mucha fuerza hasta hoy. Además, se regularon las ventas de patrones para ropa legalmente aprobados y la potente industria del perfume, maquillaje y anteojos, ayudaron a reforzar el mercado parisino.
Todo esto más el nacimiento de las primeras tendencias de grupo como los “Greasies y Preppies”, donde el vestuario comienza a decir de modos contestatarios, constituyen el soporte y fundamento para el potente cambio que se observaría posteriormente en los (notables) años 60’s, que inauguraremos (felizmente) la próxima semana.