Jeanne Paquin fue la primera diseñadora en la Historia del Vestuario, que además hizo “moda de calidad y rentable”. Casada con un administrador de empresas construyó un negocio de alta costura, cuyo modo estilístico influenció sin precedentes durante los primeros años del siglo XX. Sus enfoques innovadores para la comercialización y potente diseño atrajo a las mujeres del mundo. He aquí su historia:
Nació en 1869 en la Isla de Saint-Denis, ubicada en las afueras de París. Cuando niña, trabajó en la tienda de una modista local y luego se convirtió en costurera de la distinguida firma parisina “Maison Rouff”. En febrero de 1891 se casó con un ex banquero y hombre de negocios, fundando un mes antes de su matrimonio la que sería su “casa de modas”, donde tuvo diversos clientes: desde actrices de la época hasta miembros de la realeza europea. La relación con ellos fue muy particular e innovadora para ese momento, pues establecía vínculos personales basados en la preocupación individual. Creativa y astuta en sus planteamientos Jeanne creó, además, prácticas que más tarde se transformarían en procedimientos normalizados de trabajo en el mundo de la moda. Una de ellas fue el concepto de la expansión internacional a través de la apertura de sucursales extranjeras: Londres en 1896, Buenos Aires y Nueva York en 1912 y, Madrid en 1914. En su apogeo la casa empleaba a más de dos mil trabajadores, superando incluso a la Casa de Modas Worth. En 1907 su esposo murió repentinamente dejándola sola a la cabeza de la gran tienda, a raíz de lo cual su hermano y esposa, le ayudaron con esta tarea.
Jeanne Paquin incorporó, desde el principio, el poder del espectáculo para promocionar sus diseños de vestuario: en 1914 organizó en el Palace Theatre de Londres el primer desfile de modas entendido como un espectáculo con música. Además ideó el enviar actrices jóvenes a la ópera vestidas con sus modelos más recientes para difundir sus nuevas colecciones y el trasladar éstas a través de giras. La primera fue por Estados Unidos, que incluyó Nueva York, Filadelfia, Boston, Pittsburgh y Chicago.
Ella misma era la mejor publicista de su propio estilo: siempre llevaba sus propios diseños y, admirados por el público, fue la primera mujer en convertirse en un icono de la moda, estableciéndose como el precedente de Coco Chanel. Igualmente aclamada por sus habilidades de negocio, fue que recibió numerosos premios y nombramientos, todos los primeros de una mujer en su tiempo: en 1900 sus compañeros diseñadores la seleccionaron para encabezar su primera exhibición colectiva pública de alta costura, en la gran Exposición Universal de París. También se le concedió la Orden de Leopoldo II de Bélgica en 1910 y la prestigiosa Legión de Honor en el ámbito del comercio en 1913; también fue elegida presidenta de la Cámara Sindical de la Alta Costura, organización oficial de los diseñadores de París, en 1917.
Los diseños de Paquin fueron reconocidos por una magnífica factura y estética incomparable: creó notables efectos visuales con texturas y matices tonales que van desde una luminiscencia etérea en lo vaporoso (vestidos desde 1900 hasta 1910), a una vibración en negros presente en las creaciones de inspiración oriental. Armaba el juego de luces en la superficie de la prenda mediante la yuxtaposición de aplicaciones y telas. Aunque su calidad como artista de efectos visuales y composición fue insuperable, Paquin también hizo para la función y comodidad: entre 1912 y 1920 diseñó “ropa para la mujer activa”.
Su casa de modas se fusionó con la “Casa Worth” en 1954, para posteriormente cerrar en 1956. Jeanne murió antes, en 1936, después de haberlo hecho absolutamente todo…
¿o no?.