Se conoce por “Japonismo” una tendencia de interés por el arte japonés surgida en los últimos años del S. XIX, que tuvo una gran importancia en el vestuario de la época.
Con la apertura de Japón al comercio internacional en 1854, los intereses europeos en este país crecieron rápidamente, y en la década de 1880 emergió la tendencia llamada “Japonismo”, que duró hasta 1920 aproximadamente.
La influencia del Japonismo en la moda se puede apreciar en distintas formas:
– En primer lugar, el kimono japonés se llevaba como un batín exótico para estar en casa y las telas con el que estaba hecho, se utilizaban en la confección de vestidos occidentales. Todavía se conservan buenos ejemplos de vestidos estilo “polisón” (ver La primera Lencería, el corsé) hechos con tela de “kosode” (kimono de visita). Los motivos japoneses también fueron adaptados y aplicados a las telas europeas. Por ejemplo, en los tejidos producidos en esa época en la ciudad de Lyon pueden verse detalles de la naturaleza, pequeños animales u objetos de la cotidianeidad japonesa.
– Más adelante la prenda se convirtió en un batín que, aunque conservaba la forma de kimono, era más occidental. La palabra “kimono” se empezó a utilizar en occidente en un sentido más amplio, que abarcaba toda una gama de batas y batines. Por último en el siglo XX, la silueta y la construcción plana del kimono iba a ejercer una gran influencia sobre la indumentaria tridimensional occidental y el mundo de la moda, ya que constituye uno de los orígenes de la alta costura.