Del segundo dia del BAF Week, quisimos mostrarles lo que para nosotros representan los dos desfiles de mayor interés: El de Maria Cher y el de la diseñadora Cora Groppo.
Maria Cher (o en realidad Maria Cherñajovsy), es una exitosa diseñadora trasandina quien el año 2001, después de pasar por la Saint Martin’s College de Londres, decide formar su propia marca de ropa, basándose en influencias variadas pero siempre muy cosmopolitas. En esta ocasión, la colección presentada por su marca para la próxima temporada está basada en una mujer dinámica y con mucha actitud, con especial apuesta en las prendas hechas de telas brillantes y satinadas. Las prendas mostradas fueron muchos vestidos cortos, enteritos y cómodos trajes con pantalones, los que a pesar de que pueden ser vistos por la mayoría de las personas como ropa de noche, mantienen su usabilidad para el dia.
Otra característica diferenciadora de la colección fue el uso de accesorios muy llamativos, que complementaron e hicieron único cada outfit presentado, especialmente los rosetones, quienes fueron el accesorio vedette de la colección.
También, la mezcla de texturas es otra de las carácterísticas que sustentan esta propuesta, en donde el batik, los estampados rayados y en especial el animal print tuvieron participación protagónica, dando como resultado una silueta descontracturada y que transmite actitud a través de la suma de sus partes.
Más arriesgada, la propuesta de Cora Groppo presenta ideas que seguramente no veremos en todas las mujeres, pero que nos demuestra una búsqueda que va mucho más allá de la comercialización de sus prendas. Su estilo de trabajo, basado en la improvisación y en la innovación, da como resultado trajes que dejan una gran impresión en el espectador.
La colección mostrada el segundo dia del BAF Week nos muestra un trabajo elaborado tanto de construcción como de concepto. La arquitectura y la morfología de las prendas, que lograron ser tan orgánicas como femeninas, se forman a través de plegados, plisados y varios recursos sobre telas volátiles que entregan el carácter veraniego. Especial mención merecen los vestidos estampados en colores grises, tierra y rojos, rematados con collares que continuaban el movimiento en espiral de las prendas. Otras prendas que se destacaron fueron más simples, como minivestidos en tonos neutros, que a través de detalles innovadores, también en base a plisados y a cuerdas trenzadas, refrescan y dan interés a la propuesta de la diseñadora.
Aunque no sea la colección más masiva que se haya montado sobre el escenario del BAF Week, se valora muchísimo la existencia de una identidad clara, lo que da el toque de espectacularidad que se busca al asistir a un evento como éste, y aún así, mantiene el potencial de uso de éstas prendas categóricas.
Fotos: BAF Week.