Delfina Delettrez y Charlotte Olympia han creado pequeños imperios a través del diseño de joyas y accesorios con un tono más surrealista. Ojos, bocas y manos forman parte de sus colecciones, que se reparten entre collares, aros y anillos, además de carteras y bolsos. Pero si hablamos de precursores en introducir el surrealismo en la moda, no podemos dejar de lado a Salvador Dalí, quien a fines de los ’40 ya ofrecía sus piezas sintonizando con el estilo.
Inspirado por los labios de la actriz Mae West, Dalí decidió lanzar en 1949 su más famoso diseño de joyería: los labios rubí, con dientes en perla. Estos mismos labios son los que inspiraron en 1938 su contribución al mundo de la decoración, cuando decidió confeccionar un sillón en forma de boca. El tiempo, otro factor constante en la obra del pintor español, aparece también en su imaginario de joyería a través del broche “The eye of time” (1949), mientras su famosa obra “The persistance of memory” (1931) inspira el broche del mismo nombre, lanzado en 1949.
La colección de joyas Salvador Dalí fue un trabajo conjunto con el joyero Carlos Alemany, quien se encargó de traducir las ideas y el imaginario del español utilizando rubíes, oro, diamantes, perlas, platino, zafiros, esmeraldas y muchas otras piedras preciosas. En la actualidad, la Fundación Gala-Salvador Dalí mantiene una amplia colección de joyas inspiradas en las piezas originales a la venta en el sitio web oficial, pero las que pertenecieron a la colección fueron rematadas hace un año y han servido de inspiración para ropa, joyas y accesorios que recuerdan además su colaboración con la diseñadora Elsa Schiaparelli.
Fotos: Reckless Daughter Jewelry, House of Francheska.