Era el año 1991 cuando las hermanas Olsen estaban creando un nombre interpretando a Michelle Tanner en Full House. Aparecieron con un vestido negro con flores rojas y detalles en blanco con una cola de caballo alta en un lazo; de esta manera comenzaron a enamorar a América. Durante las siguientes dos décadas, las gemelas crecieron y cambiaron de estilo múltiples veces, ya fuera por gusto propio o porque iban a desarrollar un papel para una película. Y aunque no se puede negar la sofisticación de su aspecto actual, en sus inicios se puede ver que vestían igual para crear y mostrar un lazo de gemelas inigualable.
Hubo un tiempo en que Mary-Kate se volvió morena y rompió el estilo clásico que llevaban ambas. La mayoría de la adolescentes querían llevar el cabello como alguna de las hermanas, ya sea totalmente liso o con ondas. Posteriormente, fueron rompiendo más esquemas al desarrollar un gusto por la moda de alta costura, un poco inalcanzable para las adolescentes de aquel entonces.
En 2004 comenzaron a mezclar prendas y estampados, además de desarrollar una pasión por los zapatos de Manolo Blahnik. A mediados de la década, su predilección por las prendas vintage comenzó a hacerse más notoria.
A medida que han construido un imperio exitoso con su firma The Row, Mary-Kate y Ashley se han distinguido como íconos de belleza y moda. Atrás quedaron sus papeles compartidos en las pantallas y sus matching outfits. En 2011 su trabajo como diseñadoras fue reconocido por la CFDA.
Las hermanas Olsen ya no son unas adolescentes y se nota en su estilo mucho más sofisticado, elegante y minimalista, siendo el negro uno de los colores predilectos de las gemelas.
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