Todas las películas de Jean-Marc Vallée nos acostumbran a cuestionarnos gran parte de nuestra vida. En el caso de C.R.A.Z.Y. (2005) se trata de esa etapa en la que la identidad nos acecha pero no la aceptamos, a través de la historia de un hombre que ve cómo desde la niñez hasta su adultez niega su homosexualidad en pos de favorecer las decisiones familiares, todo bajo el contexto glam de los años ’70 y por supuesto, la influencia del gran David Bowie.