En los años ’80, no existía humorista más exitoso e importante en el cine que Eddie Murphy. Alumno notable de Saturday Night Love y aclamado comediante de stand up que recordaba las grocerías picarescas de otro como Richard Pryor, Murphy estaba entonces lejos de su alicaída y familiar carrera actual, llena de puros films hollywoodenses sin gracia alguna. En los ’80, en su peak creativo, decidió lanzar una hilarante película junto a su entonces partner artístico Arsenio Hall y dirigida por John Landis, llamada “Coming to America” (1988), la que aquí se llamó “Un príncipe en Nueva York”.
El bolso y la jardinera los hice yo, desde el estampado a la confección y los bototos son Dr Marten. Estoy leyendo Puño y letra de Mauricio Rosencof y uso el perfume Dreams de Benetton.