Los sueños de capturar looks se convirtieron en una necesidad por expresar algo más que moda y etiquetas. Generar conversaciones en torno al lenguaje de la estética, colaborar con otros exponentes emergentes de la escena local y convertirse finalmente en una plataforma de la moda local, ha llevado a VisteLaCalle a pasar por un millón de etapas en un largo camino.
En 2007, Majo Arévalo decidió fotografiar a personas que veía en la calle en base a lo que le llamaba la atención. Era la época de la explosión de los blogs y la democratización de la opinión popular, desconocida y joven, en medio del fervor que otorgaba Internet y sus comunidades virtuales. “Mi idea era retratar a gente que tuviese un estilo distinto, ya que en esos años era difícil poder expresarse a través de la ropa. Solo partí con la base de destacar a la gente con identidad”, cuenta revisando ese momento. Así partió VisteLaCalle, cuyo nombre ya dice todo: un mix de edades, procedencias, oficios y gustos diferentes congregados en torno a lo público y tratando de dar muestras de los gustos privados, que por esos años se catalogaban como “extravagantes”, “llamativos” y por supuesto, muchas veces eran motivo de burla en comentarios anónimos lanzados online. Un efecto negativo que nunca detuvo a quienes aprovecharon esta plataforma para incorporar nuevas ideas, gustos, identidades y todo lo que viene después.
El largo camino de VisteLaCalle ha visto pasar no solo a muchas personas en torno a su equipo sino también a talentos que triunfaron en distintos lugares del mundo. Ya en 2008, las fiestas en conjunto con Zancada y otras plataformas eran ley y las pasarelas se incorporan a su ADN. Allí nacieron momentos como tener un espacio en Viña D-Moda con jóvenes diseñadores, los primeros pasos de Rodrigo Valenzuela, Lupe Gajardo, Paulo Méndez y tantos otros destacados. Vinieron los viajes para ser testigos de fashion weeks como la de Sao Paulo y BAFWeek, entrevistas en video recopilando lo mejor de la historia chilena -con José Cardoch, Rubén Campos, tantos baluartes-, e incluso un blog que definiría opiniones y datos. Para muchos, muchas y muches, VisteLaCalle sería el primer apoyo, el escape, el lugar donde revisar que sí existe gente interesada en la moda a un nivel real en Chile, aún cuando se viva lejos de la capital o no se tengan ni apellidos ni influencias para llegar a ella.
Entre ganas de encontrar nuevos talentos, surgieron concursos y marcas que apoyaron las ideas y pronto se posicionaría VisteLaCalle Catwalk, instancia para ver nuevas colecciones de creativos locales. En 2014 y 2017 aparecieron las primeras exposiciones y así se contabilizaron más de 2.000 looks publicados hasta esa fecha. En 2008 se mostraban tiendas y ferias de ropa usada mucho antes del boom de TikTok y entre opiniones de todo tipo, varias comenzaron a dialogar y abrir espacios que antes permanecían cerrados. La moda aparecía de la mano de nuevos nombres y RevisteLaCalle, lanzada en 2011 en formato impreso, sería la nueva forma de expresión de VisteLaCalle a través de entrevistas, artículos, nuevos talentos, looks y mucho más. En 2020 apareció su primera versión digital y gratuita, donde la primera modelo digital chilena protagonizó la portada. Hoy continúa como parte de una etapa que promete mucho más y con un amplio sentido: seguir dando el espacio necesario para que diseñadores emergentes, estilistas, maquilladores, artistas y todo tipo de creativos puedan expresarse sin temor alguno.
