Existen seres inolvidables dentro del mundo de la moda, y otros que sin duda marcaron un hito no tan solo por su genialidad, sino por lo incomparables que son frente a otros. La figura de la polifacética Joanna Petit-Frere sugiere esto y más.
Joanna es una artista dedicada a descubrir nuevas estéticas y conducirlas hacia el arte y la moda, lo cual ella vuelca en la fotografía, maquillaje y peinado.
Durante su periodo como estudiante en el Massachusetts College of Art, comenzó su búsqueda hacia el maquillaje artístico y plástico, el cual encontró su nido y selló para siempre su nombre.
Sin duda, lo más reconocidos en su trayectoria es el uso del cabello el cual Joanne desafía tanto en su forma como en la gravedad de éste. Para ella, el cabello está arraigado a la historia de su cultura haitiana y además en el lenguaje que se logra construir en base a éste, como por ejemplo expresar ciertos signos culturales. En su caso, su herencia haitiana la llevaba consigo cada mañana al colegio cuando su madre la peinaba con millones de trenzas y coloridos adornos. Hoy, para ella el cabello es una marca de autoexpresión y sello de su talentoso trabajo.
Para esta artista, la moda constituye el canal más extenso y propio con el cual contamos todos, y para ella, éste anexa desde nuestros recuerdos hasta lo que pretendemos ser. Su figura es parte de las celebridades y es aclamada por el mundo de la moda, ya que todo este manojo de excentricidad y genialidad es parte de su imagen, la cual es seguida y admirada.