Daphne Guinness es una fashionista de clase mundial. No solo es la heredera del imperio Guinnes de Irlanda, sino que además posee uno de los guardarropas más completos y vanguardistas del momento.
Hija de Jonathan Guinness (3ª Barón Moyne) y de le hermosa francesa Suzanne Lisney (que en 2005 falleció por cáncer al pulmón), esta mujer nació practicamente en una cuna de oro. A mediados de los años ’80, Daphne y su hermana Catherine Guinness se mudaron a Nueva York, en donde frecuentaron todo tipo de artistas y visionarios de la época, como Andy Warhol. Una vez allá en 1987 y a la edad de 19 años, se casó con Spyros Niarchos de origen griego, hijo del miillonario Stavros Niarchos. Doce años permanecieron juntos y tuvieron tres hijos, pero en 1999 se divorciaron. Eso si, Daphne no se fue con las manos vacías, ya que recibió una compensación económica de alrededor de 20 millones de libras (más de 15 mil millones de pesos).
En el mundo de la moda, Daphne se convirtió en un ícono, presente en casi todos los Fashion Weeks. Además de dedicarse al periodismo de la moda y a coleccionar Alta Costura, también la hemos visto como modelo en el desfile organizado por Naomi Campbell para la fundación de madres de Haití en 2010 y en campañas publicitarias como Vogue o Style Magazine. Muchos estilistas se inspiran de ella así como de una musa, como el maquillador francés François Nars quien creó para ella una sombra de ojos que bautizó « Daphne » (para Sephora). Era la clienta favorita del fallecido Alexander McQueen y aún lo sigue siendo de otros diseñadores como Karl Lagerfeld.
Actualmente, vive entre las ciudades de Nueva York y Londres. En esta última, lanzó su primera colección en la exclusiva tienda Dover Street Market, la que se agotó en la primera media hora. Lo último que ha dado a conocer, es que ha decidido montar una exposición con algunos de sus trajes favoritos, que seguramente son muchos y todos muy excéntricos. Pero cuando se le pregunta sobre su estilo único y por su destacado sentido de la moda ella dice que ” es simplemente algo que hago para poner una sonrisa en la cara de la gente “. Aunque no le guste escucharlo, lo mejor que hace, es vestirse. Usa prendas muy lujosas y de Alta Costura, como si nada, a lo que responde que si piensa mucho en eso, no sabría qué ponerse.
Pero la vida no es color de rosa aunque todo suene muy glamoroso. Daphne sufre como todo el mundo, “Me siento desamparada cuando los niños no están. Las navidades son lo peor. Tengo que irme a algún hotel”. Dicen que el dinero no hace la felicidad. Pero tener un guardarropa tan original y variado como el suyo, de seguro que alegraría el día a más de alguna.
Fuente fotográfica: Guest of a guest
