En medio de la época del look heroin chic impuesto por la moda a través de figuras como Kate Moss y campañas como las de Calvin Klein, también se asomó parte del estilo andrógino que hoy es base de la moda. Cabellera extra corta, piel casi sin maquillaje y un look unisex, todo eso convirtió a la modelo Jenny Shimizu en una de las más populares de la década, una que la llevó también a aparecer en películas y más.
Nacida en Estados Unidos y de ascendencia japonesa, Shimizu logró convertirse en una de las favoritas de las pasarelas y la publicidad pese a tener menos estatura que el resto de las modelos. Caminó para Thierry Mugler, Prada, Jean Paul Gaultier, Calvin Klein y un sin fin de grandes diseñadores, todo a partir de 1989. También se convirtió en rostro de Shiseido y adornó la portada de revistas como Elle y Vogue Singapur, entre otras.
Shimizu fue una de las primeras modelos en aprovechar su look, el cual venía de la mano con su personalidad; cuando tenía 15 años, le pidió a su mamá cortar su cabellera para llevar el estilo que más le gustaba. Shimizu era abiertamente gay y uno de sus grandes saltos a la fama lo dio cuando Angelina Jolie contó en una entrevista que se enamoró de ella y fue su pareja luego de aparecer juntas en la película “Foxfire” en 1996. Pero además, Shimizu fue amante de Madonna y pareja de la actriz Ione Skye, todo antes de casarse con el icono de moda Michelle Harper en 2014.