Las líneas Prêt-à-Porter, Haute Couture, Cruise e incluso colecciones para bebés o niños como las de Stella McCartney y Gucci mantienen constantemente ocupados a muchos diseñadores, quienes pasan todo el año tratando de crear los looks perfectos para cada show. Sin embargo, hay otros que se dan hasta el lujo de colaborar en distintas facetas del diseño, creando vestuarios donde nadie lo habría imaginado.
Una de las más tempranas colaboraciones fue la de famosos diseñadores con líneas aéreas, tal como Coni nos mostraba en un artículo anterior en VLC. Es así como Halston, ese emblema de fines de los ’70, ideó una serie de trajes que en esa época llevaron todas las chicas que trabajaron para Braniff, una antigua aerolínea, algunos fabricados en su famoso Ultra Suede. Pero el norteamericano no fue el primero en dar este paso: en los ’60 la misma aerolínea contrató a Emilio Pucci para dar sus toques de color y estampados únicos en los uniformes, que además incluían carteras y accesorios futuristas. Christian Dior, el legendario diseñador, también se atrevió con la línea área SAS en 1978; Pierre Cardin añadió su glamour a la Pakistan International Airlines en los ’60; en 1968, Pierre Balmain creó el famoso traje sarong kebaya de Singapore Airlines e incluso Christopher Balenciaga firmó el suyo para Air France.
En otros campos como el deporte, la mano de los diseñadores no ha estado ausente. Ralph Lauren y Giorgio Armani comparten su amor por los equipos olímpicos de sus países de origen, y se han encargado de dotarlos con estilo y elegancia para ciertas presentaciones. Lauren incursionó con los trajes del equipo olímpico norteamericano para las Olimpiadas de Invierno en numerosas ocasiones, siendo las de este año su más reciente aporte. Pero la colaboración de Armani con los deportes no sólo se limita a la delegación de las olimpiadas del 2006: se aventuró con trajes para la selección de fútbol inglesa en dos ocasiones, creó el uniforme para el equipo de vela italiano este año e incluso diseñó los trajes de la estilosa policía italiana, que además se pasea en Lamborghinis y que para las ocasiones de desfiles especiales se viste, nada más ni nada menos, que de Valentino. Nada de mal para un atuendo que demuestra que los uniformes también pueden ser glamorosos.