Todos lo sabemos: Absolutamente TODO vuelve, y asi como a lo largo de la primera década de los dosmiles vivimos el revival de los ochenta que nos tiene a todos hasta más arriba del moño, en los últimos 12 meses, aproximadamente, hemos visto como el grunge ha acaparado el clóset de las más jóvenes. También en un momento, hace un par de años, las más hipster vieron inundadas sus ropas de colores flúo a lo Principe del rap. Entonces,¿ Cual es el próximo paso? Todo indica que, de acá a algún tiempo, viviremos un revival de lo que pasó a mediados y finales de los noventa: El minimalismo joven, Calvin Klein, aquel que hizo famosa a Kate Moss mirando desnuda desde un sofá, el heroin chic, el reinado del CK One y sus anuncios en blanco y negro que nos mostraban un mundo multicultural, pero donde (por supuesto) nadie era feo.
Eran momentos en que lo “raro” y lo “étnico” estaba de pronto de moda (por éste tiempo se hicieron comunes los tatuajes y los piercings, aunque los adolescentes de hoy los sigan utilizando para llamar la atención, lo que personalmente me parece en extremo conservador). También, es el momento en que las modelos se volvieron preocupantemente desgarbadas (a pesar de que siempre fueron delgadas) porque ésta vez, los huesos se acompañaban de una polera raída, un par de bototos y actitud desafiante. La rabia de las chicas y el girl power estaba en boga (cosa que fue aprovechada posteriormente de forma bastante pueril por las Spice Girls), pero en suma, en éste tiempo los grupos de chicas rockeras eran sensación. Nada estaba menos de moda que las sonrisas durante estos años, a pesar de que el mundo estaba en relativa paz y las grandes economías se encontraban en momento de auge.
Ya se han dado anticipos de ésto en la pasarelas. Gente como Bruno Pieters, Yves Saint Laurent, y Armand Basi fueron los primeros en mostrar indicios de la vuelta de esta tendencia, siendo seguidos por varios en las recientes muestras de colecciones Pre Fall (arriba; Givenchy, Balenciaga y Chloe), y también en temporadas anteriores (foto de abajo: Céline, Givenchy y Alexander Wang). Claro, el minimalismo como concepto de creación está tan usado como el concepto de lo “femenino”, pero éste, si es que algo aprendieron los diseñadores, debe retomar el concepto en base no a la despreocupación de los noventa, sino al contrario: Basándose en la elaboración a partir de las formas y como interactúa la ropa con el cuerpo, prescindiendo de los colores.
Ahora, mi preocupación es que las modas, según creo, están volviendo y pasando demasiado rápido. Si este revival del minimalismo noventero no se mantiene en el tiempo, ¿Que tendencia ocuparemos el 2011 y el 2012?… Ah, ya sé. El estilo galáctico, tipo Babylon Zoo, que vino justo después, y que además, si lo pensamos, coincidirá con la paranoia “fin del mundo” versión 2012, que es preocupantemente parecida a la que se vivió previo al Y2K:
