Parece una enfermedad femenina , porque hasta las más acérrimas enemigas del consumo y de los malls caen seguido en la siguiente situación: Comprar una prenda inútil – Un vestido demasiado chico, un par de zapatos rabiosamente modernos o una prenda de liquidación que no combina con nada de nuetras cosas- por razones desconocidas, lo que generalmente nos dejan con varias prendas muertas, inmaculadas y con olor a nuevo para siempre en el clóset. ¿Como evitarlo?
Dejemos en claro que todas pasamos por lo mismo, asi que no hay que sentirse mal por tener varias prendas nuevas, quizás probada mil veces pero nunca estrenadas, en su bolsa original. Es cuando revisamos y vemos que sólo usamos el 10 por ciento de nuestra ropa, que nos damos cuenta que muy posiblemente, compramos compulsivamente y sin ningún plan. Y eso, aparte de agredir a nuestro bolsillo, nos encapsula más y más en la frustración de tener un clóset lleno de ropa que no nos sirve de nada.
Como compradora compulsiva vitalicia pero bajo control, me di cuenta de ésto hace algunos años y decidí hacer algo al respecto. Es por eso que como rehabilitada (aunque a veces reincidente) acá van algunos tips que a mi me ayudan a organizar mejor lo que compro. Poco a poco, y un dia a la vez, quizás logremos enderezar nuestros hábitos de consumo.
Analizar porque compramos de más. El primer paso, tal como los alcohólicos y adictos a las drogas, es aceptarse como alguien que compra tonteras. Segundo, es saber que nos lleva a comprar irracionalmente: Algunas mujeres lo toman como un pasatiempo, otras como una terapia para el aburrimiento o la tristeza. Darse cuenta de ésto es el primer paso para evitar compras sin sentido, y por supuesto, evitar los momentos más vulnerables.
Analizar lo que ya tenemos Este consejo va en dos niveles. Primero, debemos analizar nuestro clóset por un lado, y como funciona éste en nuestro cuerpo por otro, sin mentirnos : ¿Que prendas tenemos que nos queda bien, nos sirven, y se adecúan a nuestra vida? ¿Tenemos las prendas básicas que necesitamos para el dia a dia? Nuestro clóset; ¿Está basado en básicos o más bien en compras divertidas que usamos una vez y nunca más? Una vez respondidas estas preguntas, podemos empezar a planificar compras. Generalmente, por lo que he visto entre las mujeres, la mayoría tiene algunos básicos y mucha prenda comprada de ocasión, por lo que es bueno siempre tener en claro cuales son “nuestros” básicos y cuales prendas son indispensables. Si se tiene suficiente sangre frÍa, despues de éste análisis seremos capaces de deshacernos de aquello que no nos sirve, y que sabemos , jamás vamos a usar.
Analizar nuestro presupuesto: Es una regla básica de la economía, pero las veces en que nos enfrentamos ante una prenda que nos encanta (aunque sea inútil) las razones de poco sirven: Ante tamaña tentación es difícil anteponer la pregunta ¿Podemos permitirnos comprar lo que queremos sin que se desajuste nuestro presupuesto? Si la respuesta es si, ¿podemos comprarla al contado, sin endeudarse? Si la respuesta es no, recomiendo preguntarse: ¿Vale la pena comprar algo que una vez que esté pagado, en 3 meses más, no será novedad?
En general, para comprar inteligentemente, es bueno seguir la regla de dividir la cantidad de veces que se va a utilizar una prenda por su precio. Por ejemplo, un abrigo de 90 mil pesos puede parecer caro (para mí al menos), pero si contamos que lo vamos a utilizar todos los dias por tres meses (suponiendo que lo usaremos solo por un invierno), su costo de uso diario es de $1000. Por lo tanto, es mucho más barato comprar ese abrigo en su costo real que uno muy excéntrico de 20 mil que sólo nos pondremos 2 o 3 veces.
En general, ésta regla no falla. Mientras más usemos una prenda, más estamos autorizadas a gastar por ella. Por eso, es bueno invertir un poco más en ropa de trabajo, jeans, zapatos formales (para las que trabajan), etc. Identificando nuestras prendas clave, podremos planear mejor.
Dividir es conquistar: Las tiendas por departamento están hechas para que gastemos de más: La perfumería está al lado de la lencería, en un solo piso está todo lo de mujer, para ir a otro lado debemos pasar por todos los percheros de oferta, las tarjetas…Simplemente, es imposible no salir con algo extra porque “estaba barato”. Para controlar, lo mejor es aprender de los hombres, quienes , en su mayoría, compran lo que necesitan y se van. Los paseos indulgentes eternos dejémoslos para momentos de abundancia y de previa organización. Comprar sin saber a lo que se va es desastre seguro, por lo que buenas herramientas de planificación son los catálogos y las tiendas online. También, una buena idea, es elegir tiendas en que quizÁs no haya tanta variedad de productos, pero que sepamos que se especializan en algo con la respectiva relación de precio y calidad.
Accesorios, Accesorios, Accesorios: En general , si aplicando todos estos tips no pudimos bajar nuestro nivel de ansiedad consumista, recomiendo trasladar las compras compulsivas hacia los accesorios: Generalmente son más baratos, el buen uso de ellos convierten looks normales en memorables, los tallajes suelen ser standard… Y si terminamos comprando un montón de cosas que no vamos a usar, habremos gastado al menos una fracción de una compra indulgente mayor.
Bueno, esos son mis tips. Como siempre, cualquier idea y colaboración se agradece.