Por Coni, Mint is the new black
¿Que pensaríamos de alguien que a pesar de nacer y vivir en un entorno humilde, se viste con una selección de ropa muy cara, elegante, cuidadosamente elegida, y de marca? Seguramente, pensaríamos que es un arribista descarado, alguien muy superficial y un poquito patético. Yo también lo creería, pero cuando conocí el caso de los sapeurs, estos rápidos juicios mentales tuvieron que pensarse un poquito mejor.
En muchos barrios populares de la capital del Congo francés, Brazzaville, puede faltar el agua potable o la electricidad, las casas pueden estar en ruinas debido a los conflictos armados y lo más seguro es que no habrá hospitales ni escuelas, pero nunca faltarán estos verdaderos personajes que siguen la Sapé ( ‘Société Ambianceurs et Persons Élégants’).
¿De donde nace ésta sociedad? La llegada de los franceses al Congo, a comienzos del siglo XX, hizo nacer el mito de la elegancia parisina entre los jóvenes que trabajaban para los colonos. La sofisticación y el poder económico de los franceses deslumbraron tanto como sus refinadas maneras en la mesa y su elegancia en el vestir, por lo que la posibilidad de visitar Francia, e imitar sus modos, se transformó en un símbolo de status instantáneo y el sueño de muchos.
Aún hoy, hombres jóvenes y adultos transforman la elegancia clásica en su forma de vida y en su razón de orgullo. Muchas veces, los sapeur pueden andar con miles de dólares encima, desafiando el calor y la humedad, y sus magros ingresos, los que, año a año, juntan para satisfacer esta necesidad. Un sapeur puede ahorrar (y trabajar en condiciones de semi esclavitud) por años para conseguir, por ejemplo, zapatos de 200 euros o un pañuelo de 50. Ésto, porque los verdaderos cultores de la Sapé jamás se dejarían ver por los otros con imitaciones de baja calidad o cosas de segunda mano.
En un país en el que uno ya es moribundo a los 55 años, los sauper son verdaderas celebridades en sus humildes comunidades. Hablan, caminan y se expresan de forma diferente; son espectáculos andantes, respetados y admirados miembros de la sociedad. Se dice que un sapeur nunca maltratará a su mujer, nunca robará y siempre se conducirá de forma medida y correspondiente a su rango.
A esto hay que agregar, obviamente, el atuendo por el que se caracterizan: Traje a rayas o de colores, chaleco a tono, camisas inmaculadas, zapatos Weston lustrados, y finalmente, todos es coronado por pañuelo y corbata. Nunca deberán ponerse más de tres tonos juntos, y la gestualidad será correspondiente a ese look.
La precariedad que rodea a estos hombres es lo que más llama la atención.¿En que medida la búsqueda de glamour y elegancia es un arma que les permite vivir – y pasarlo- mejor? ¿O es solamente una ilusión irrisoria que gasta energias y dinero? La respuesta, personal por lo demás, les serán indiferentes a los sapeurs. Porque, de seguro, ellos tienen más estilo que nosotros.