Hay quienes consideran que los diamantes son los mejores amigos de las mujeres. Otros creen que son los zapatos. De millones de colores y formas distintas, la industria de la zapatería ha logrado un nivel exitoso a través de la historia que ha llevado a diseñadores de calzado a crear las piezas más excéntricas. Y como la mayoría de las tendencias en moda van y vienen, los zapatos no serían la excepción. Un clásico de los 90′ ha vuelto a instalarse en las vitrinas de zapaterías y ha logrado un éxito que pocos imaginaron: los zapatos terminados en punta.
El zapato en punta tuvo su máximo apogeo entre los años 80′ y 90′. Eran utilizados de manera elegante y acompañaban trajes de lentejuelas, hombreras, colores chillones y faldas. El famoso “tacón reina” solía ser de taco no muy alto, más bien medio y de colores lisos. La importancia radicaba en su forma elegante y capaz de estilizar las piernas. Hoy en día, ya no solo los podemos ver en ese formato, sino también en botines, tacones altos, oxfords o zapatos de vestir. No hay límites ni restricciones en cuanto al tipo de zapato ni mucho menos para lo acentuada de la punta.
Hoy, el zapato en punta se ha re-popularizado tanto en pasarelas como en producciones de zapatería masiva. Los “Pointy Shoes” se han ganado el corazón y un espacio en el armario de cientos de mujeres que buscan algo que otorgue elegancia y sobre todo femineidad a un outfit, puesto que es considerado uno de los modelos más femeninos por su terminación y delicadeza. Diseñadores como Valentino, Balenciaga, Louboutin y Hermes han sido quienes más se han atrevido a jugar con el renacimiento de esta tendencia, agregando texturas, materiales y distintivos nuevos al modelo de los 90, que al parecer tiene mucho para aportar aún.
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