Tras la II Guerra Mundial, la compañía que Rinaldo Piaggio había fundado en 1884 —y que se había dedicado, durante la guerra, a la construcción de bombarderos— quedó totalmente destruida por los ataques de los Aliados. Ya no valía la pena seguir construyendo aeronaves destructivas en un contexto donde simplemente no eran necesarias. Pero Enrico Piaggio, hijo de Rinaldo, tuvo una idea innovadora, que cambiaría la historia de los transportes de ahí en adelante. Se le ocurrió reconstruir la compañía para diseñar y producir por montones un vehículo barato para las masas. Así nació la Vespa.
El diseño original de la Vespa se basa en el scooter Cushman fabricado en Estados Unidos. Hasta ese momento, los Cushman verde oliva eran trasladados desde Washington a Italia, en grandes cantidades, para uso exclusivo de los marinos y las tropas paracaidistas que participaban en la guerra. Así que en 1944, Renzo Spolti y Vittorio Casini —ingenieros de Piaggio— diseñaron una motocicleta cuyo motor estaba completamente cubierto por el cuerpo del vehículo, formando una protección alta en la parte delantera. Además, incluía controles en el manubrio, ventilación reforzada, ruedas de un diámetro pequeño y una sección central dispuesta para el conductor. Esta primera versión se llamó Moto Piaggio no. 5, pero Piaggio no quedó conforme. Por eso, contrató al ingeniero aeronáutico Corradino D’Ascanio, quien rediseñó el scooter a la versión clásica. Cuando Enrico vio el resultado de la creación de D’Ascanio, exclamó “¡Parece una avispa!”, nombrando automáticamente al scooter que, durante las próximas décadas, se instalaría como el clásico vintage.
Hoy, la Vespa es un indicador del buen estilo. Grandes producciones cinematográficas de todos los tiempos la han rescatado en sus tomas. Quizás la película más famosa donde aparece una Vespa sea Roman Holiday (1953) de William Wyler, donde Audrey Hepburn interpreta a una princesa que se esconde entre la población común de Italia, viviendo experiencias que le son ajenas en su mundo de realeza. Las imágenes más populares de la película muestran a la actriz conduciendo una Vespa junto al actor Gregory Peck en medio de la bellísima ciudad de Roma.
Eso no es todo. Otras producciones también eligieron el vehículo de Piaggio para sus personajes. Por ejemplo, la clásica Quadrophenia (1979), donde se muestra la vida de la subcultura mod, cuyo principal medio de transporte era la moto scooter. No Small Affair (1984), protagonizada por Demi Moore y Jon Cryer. The Happy Road (1957), protagonizada por Gene Kelly y Barbara Laage, entre otras.
Además de eso, muchos famosos —sobre todo de la época dorada del cine— se fotografiaron junto a sus Vespas, entre los que destacan Gina Lollobrigida, Leigh Snowden, Paul Newman, Henry Fonda, Gary Cooper, Joe DeSantis, y muchos más.
Si la Vespa fue diseñada como un vehículo para toda la población, en cuanto pasó a ser considerada un objeto de culto su estatus popular se perdió y se transformó en un lujo. En la actualidad, un modelo de Piaggio puede costar entre 200.000 y 4 millones de pesos, según el modelo, el año, el uso y el estado en que se encuentre. Muchos restaurantes que desean imprimir una decoración vintage en sus locales compran modelos antiguos de Vespa, que muchas veces ya no funcionan, y las exhiben como una muestra de estilo. Y aunque el scooter haya perdido su estatus democrático, sus nuevas versiones siguen conservando un sello único, aquel diseño que Piaggio encontró tan parecido a una avispa.